Identificar noticias falsas o bulos se está convirtiendo en una labor cada vez más compleja. En primer lugar, porque su número es cada vez mayor y, en segundo, porque también lo es su nivel de complejidad y elaboración por parte de quienes las generan.

“El principal riesgo no reside solo en la desinformación, sino que muchas vienen acompañadas de enlaces que nos llevan a páginas webs maliciosas o webs falsas mediante las cuales, los atacantes tratarán de hacerse con nuestras cuentas de usuario o conseguir que descarguemos algún archivo infectado”, explican desde la Oficina de Seguridad del Internauta [OSI].

Buscan provocar reacciones e interacciones

Objetivo: engañar

El primer objetivo de una información falsa es llamar la atención. “Su contenido polémico provoca la indignación o el interés de la sociedad en general, que provoca que los usuarios suban sus propias historias, reacciones e interactúen con los contenidos compartidos y producidos, tanto por medios de información como por otros usuarios”, señala la OSI.

Desde ella, nos recomiendan una serie de pasos para asegurarnos de que no estamos siendo víctimas de un engaño.

Si te has creído todo lo que hemos dicho hasta aquí, te podríamos haber “colado” una noticia falsa

Contrastar

El primero es analizar el medio y la fuente de información. Por ejemplo, en este artículo que estás leyendo, debería haber un enlace a la OSI, probablemente la primera vez que la hemos citado.

Es decir, si te has creído todo lo que hemos dicho hasta aquí, te podríamos haber “colado” una noticia falsa. Porque uno de los trucos es incluir los enlaces [en los casos en los que se ponen, que en muchos ni se hace] al final del texto, que es donde llega el menor número de personas. De esa forma, si solo lees dos o tres párrafos, nunca harás clic en los enlaces para comprobar que son reales.

No te preocupes, aquí tienes el enlace a la OSI, porque ni en ElPlural, ni en El Telescopio, publicamos informaciones falsas.

También puedes contrastar mi propio perfil como autor que firma la pieza. Deberías mirar si he publicado otras informaciones sobre el tema, si mi “reputación” como periodista me convierte en un profesional fiable.

Hay que descartar que esté suplantando a otro medio con buena reputación

Revisar

El segundo paso clave, según la OSI, es revisar la URL “para descartar que se trate de una web que esté suplantando la de otro medio digital con buena reputación. Podemos mirar si dispone de un certificado de seguridad y si empieza por HTTPS”.

Por ejemplo, si encuentras una información con una URL que comience con “elplural.es”, es falsa. Nuestro dominio es elplural.com y, por tanto, todas nuestras piezas comienzan con él.

No debemos dejarnos llevar por el titular

Leer hasta el final

Como ya te hemos advertido antes, es importante leer el texto completo “y no dejarnos llevar por el titular”. Los bulos suelen utilizar los que son más polémicos o buscan relacionarlos con personajes famosos para captar tu atención. Si luego tú se la cuentas a tu cuñado en la paella del domingo, él no sabrá que no es real y no la has contrastado.

Y, aunque se cite la fuente, hay que comprobarla. Por ejemplo, si yo en este artículo hubiese escrito que se trataba de una publicación de la Agencia de Ciberseguridad e Inteligencia Artificial Aplicada del FBI e incluso si hubiese incluido un enlace a esa supuesta institución, deberías realizar una búsqueda en Google, por ejemplo, para ver qué resultados aparecen.

Otra buena práctica que recomienda la OSI es “buscar el titular o el autor de la noticia y ver si otros medios se hacen eco de la misma o la desmienten”. También es bueno fijarse en si contiene “malas traducciones, errores ortográficos y gramaticales o incluso el uso de imágenes con poca calidad”.

Es común que los bulos se apoyen en imágenes y vídeos manipulados

Las imágenes, clave

Y son precisamente las fotografías y los elementos gráficos otro de los aspectos que debes tener en cuenta. “Es común que las noticias falsas y bulos se apoyen en imágenes y vídeos que han sido manipulados previamente para darles mayor credibilidad”, advierte la OSI.

“En ocasiones, esta manipulación pasa por la edición de algún elemento destacado del vídeo o imagen, mientras que en otras se basa en realizar un montaje para que aparezca un personaje público o famoso. En este último caso, es común el uso de la tecnología deepfake para conseguir resultados casi perfectos”, añade. Para hacer ese análisis, recomiendan dos herramientas:  Google imágenes o FotoForensics.

No te fíes de “últimas horas” ni “comunicados oficiales”

Herramientas

Otra opción que te recomendamos desde El Telescopio es utilizar todas las herramientas que pone a tu disposición VerificaRTVE, que van desde archivo de páginas web para comprobar versiones anteriores, hasta herramientas de análisis forense de imágenes o extracción de metadatos. También puedes seguir el progreso de una historia hasta convertirse en viral o proteger tu correo electrónico o si tu teléfono está en listas de spam.

Desde el ente público, nos advierten de la cada vez más frecuente práctica de desinformación: “Última hora, exclusiva o urgente son expresiones habituales que se utilizan para animarte a compartir contenido sin valorar aspectos como su fiabilidad o el origen de los mismos. Si percibes algún fallo en la información, pensarás que es por las prisas. Comunicado oficial o nota de prensa son construcciones lingüísticas que tampoco garantizan la veracidad de un mensaje digital”, explican.

En estos casos, recomiendan comprobar si los medios especializados en el tema se hacen eco de la noticia y acudir a las webs de las empresas o entidades supuestamente emisoras de esos comunicados para comprobar si es real.