En una sociedad con la mirada puesta en la sostenibilidad y la innovación, la movilidad eléctrica nos habla de una nueva manera de movernos, mientras se postula como una solución clave para reducir emisiones de carbono. Sin embargo, pese a que el vehículo eléctrico se presenta como una de las grandes alternativas para impulsar la descarbonización de la movilidad por carretera, nuestro país está aún lejos de crecer al ritmo de otros países de nuestro entorno.
La adopción de la movilidad eléctrica en España es aún muy limitada. En 2023 sólo el 12% de los vehículos vendidos estaban electrificados, lejos del 21% de media europea. Además, solo suponen un 1,2% del parque total. Analizamos los retos y las claves actuales de la movilidad eléctrica en nuestro país, coincidiendo precisamente con la celebración de la Semana Europea de la Movilidad y la reciente jornada ‘Espacios de Energía’. Una sesión impulsada por Cepsa y destinada a fomentar la escucha activa y el intercambio de conocimiento entre líderes institucionales, expertos y representantes de la sociedad civil, con el objetivo de avanzar hacia un modelo energético más sostenible.
Como punto de partida en este encuentro, Isabel Gorgoso, directora de New Mobility de Cepsa, ha puesto sobre la mesa la situación de la movilidad eléctrica actual: “en nuestro país tenemos cada vez más vehículos electrificados, pero también es cierto que estamos todavía muy lejos de otros países europeos y cuando nos sentamos a debatir con expertos y representantes públicos, existe un gran consenso en cuáles son las barreras que nos están impidiendo avanzar al ritmo que necesitamos. Tenemos que ser capaces de dar el impulso suficiente”.
De hecho, en España se han implantado más de 30.000 puntos de recarga, de los cuales solo en torno a 2.000 son rápidos o ultrarrápidos, lo que constituye una barrera significativa, sobre todo en los trayectos de larga distancia. Además, a diferencia de lo que sucede en otros países europeos, no se indica su presencia en las señales de la carretera, como sí se hace con las Estaciones de Servicio.
El 65% de los vehículos eléctricos de nuestro país no disponen de acceso a garajes privados con cargadores, por tanto, el desarrollo de una red pública de recarga es esencial, sobre todo en las zonas rurales o menos transitadas. Actualmente, la mayoría de los puntos de recarga están en áreas urbanas, lo que genera desigualdades en el acceso a la movilidad eléctrica y limita su expansión a nivel nacional.
Los cargadores ultrarrápidos (>150kW) permiten recargar el 80% de la batería de los vehículos eléctricos en 10-20 minutos, en función del tipo de vehículo
Desde Cepsa se insiste la importancia de adaptarse a las necesidades de los clientes y, hoy en día, la compañía dispone de más de 160 puntos de recarga ultrarrápida y está avanzando en el desarrollo de otros 300, algunos de los cuales están pendientes de recibir los permisos administrativos pertinentes. Estos cargadores ultrarrápidos (>150kW) permiten recargar el 80% de la batería de los vehículos eléctricos en 10-20 minutos, en función del tipo de vehículo. Desde la energética se insiste en la importancia de adecuarse a las necesidades de los clientes: “nos ocupamos de que el usuario tarde el menor tiempo posible en cargar su vehículo, mientras le ofrecemos servicios de valor añadido allí donde recarga”, matiza Gorgoso.
Aparte de una red pública de recarga mejorable, los conductores se encuentran con dificultades para localizar puntos de recarga: “si nos ponemos a analizar las barreras actuales en torno a la movilidad eléctrica, una de ellas desde luego es la identificación de un mapa de puntos de recarga. Sabemos que tenemos un alto volumen de cargadores en España y, sobre todo, sabemos que hay muchísimos proyectos en marcha. Por ello, es necesario que tengamos todos una foto clara, tanto de los puntos de recarga existentes como de los proyectos que están en marcha, para dar una cierta tranquilidad a los usuarios”, afirma la directora de New Mobility de Cepsa.
Precisamente en esta línea, desde ‘Espacios de Energía’, se planteó además la creación de un mapa estatal que identifique una red básica de puntos de carga públicos en carretera y la visibilidad en las distintas apps de los puntos de los operadores de la competencia, similar al que existe en Portugal, donde se puede acceder a toda la información acerca de los mismos (ubicación, disponibilidad y estado de la red).
Otro de los aspectos que están dificultando un mayor desarrollo de la movilidad eléctrica en nuestro país es el hecho de los trámites burocráticos para instalar un punto de recarga único pueden dilatarse hasta dos años, cuando el tiempo de construcción es de dos semanas. En este sentido, los expertos que participaron en la sesión liderada por Cepsa reclamaron para su adecuado despliegue la creación de una ventanilla única que unifique y agilice los procesos.
Una ventanilla única elminaría barreras burocráticas y facilitaría la inversión en infraestructuras de recarga eléctrica
Esta medida permitiría una mayor eficiencia y transparencia en los trámites, facilitando la inversión en infraestructuras de recarga y eliminando barreras burocráticas. Esta simplificación administrativa debería extenderse también a los trámites para el refuerzo de la capacidad de la red eléctrica en los puntos donde se prevé mayor demanda. En este sentido, abogaron por que los planes generales de ordenación urbanística incluyesen estas infraestructuras de recarga y fuesen consideradas como bienes de interés general o utilidad pública.
El coste de los vehículos eléctricos sigue siendo una de las principales barreras para su adopción masiva en España. Son más caros que los coches de combustión tradicionales y, aunque existen ayudas públicas (Plan Moves), su solicitud es compleja y larga en el tiempo.
En este sentido, los expertos de “Espacios de Energía” insistieron en la importancia de reducir el precio de los vehículos eléctricos para poder equipararlos a los vehículos de combustión y sobre todo en toda la parte de tramitación. Para Isabel Gorgoso la clave pasa por “ser capaces de aligerar la burocracia que hoy en día tenemos que seguir para instalar un punto de recarga. Esto es lo que está impidiendo que todos estos proyectos avancen y podamos trasmitir mucha más certidumbre a los usuarios para que den ese paso hacia el vehículo eléctrico”.
Asimismo, los participantes en el encuentro coincidieron en la necesidad de agilizar la tramitación y homogeneizar los procesos de autorización entre las comunidades autónomas y los distintos niveles de la Administración, de los puntos de recarga y de la concesión de las ayudas a la compra. Entre las propuestas más comentadas destacó la de aplicar directamente los descuentos en los concesionarios, en lugar de reembolsar más tarde, lo que aceleraría la percepción del beneficio por parte de los consumidores.
Propusieron también aplicar otros incentivos, como deducciones fiscales para la compra de vehículos eléctricos o fomentar el leasing social, como ocurre en Francia. También se plantean fórmulas como el carsharing de iniciativa pública y más incentivos para que las empresas renueven sus flotas con vehículos eléctricos, lo que aceleraría el cambio hacia una movilidad realmente más sostenible.