Es innegable que en muchos aspectos de la igualdad de género se han producido avances relevantes en las últimas décadas. Sin embargo, no se puede decir lo mismo en el plano salarial. Las mujeres ganan menos por hora que los hombres y, por si fuera poco, también trabajan menos tiempo que ellos, lo que hace que sus ingresos sean todavía más bajos.

Según Eurostat, la media de los 27 países de la Unión Europea indica que los salarios de las mujeres son un 14,1 por ciento inferiores a los de los hombres. España está por debajo de esa media [lo que en este caso es bueno], con una diferencia del 11,9 por ciento.

En la Unión Europea, los salarios de las mujeres son un 14,1 por ciento inferiores a los de los hombres

Nada que ver con el desarrollo
En este momento, seguro que estás pensando que esta situación es reflejo del nivel de desarrollo de cada nación: a mayor nivel de este, menor desigualdad. Pues lamentamos informarte de que no es así: en Alemania, la diferencia se sitúa en un porcentaje del 19,2; en Austria, 19,9, en Suiza, 18,3; en Finlandia, 16,6; y en Francia, 16,5 por poner solo algunos ejemplos.

Los datos corresponden a 2019 [los últimos disponibles] y demuestran que “existen desequilibrios en los ingresos de mujeres y hombres”, como explica Eurostat. Las diferencias incluso se sitúan por encima del 20 por ciento en Estonia y Letonia. Y solo 7 países las mantienen por debajo del 10: Polonia [8,5%], Eslovenia [7,9%], Bélgica [5,8%], Italia [4,7%], Rumanía [3,3%] y Luxemburgo [1,3%].

Las mujeres entre 35 y 44 años cobran un 9,7 por ciento menos

La edad también influye
Estas diferencias están, además, directamente relacionadas con la edad. En nuestro país, mientras que para menores de 25 años se sitúa en el 1,7 por ciento; para quienes se encuentran entre los 35 y los 44 se eleva hasta el 9,7; y, en para edades por encima de 65 años, es la más alta de la Unión Europea, con un  34,3.

La propia UE reconoce que la brecha salarial de género “solo ha cambiado mínimamente durante la última década”. Una de las razones “es el hecho de que, de media, las mujeres pasan menos horas en trabajo remunerado que los hombres”, porque 30,7 de cada cien de ellas tienen empleos a tiempo parcial, frente a 8 de ellos.

Las razones para la brecha salarial de género van más allá de una simple cuestión de discriminación

Motivos
La UE asegura que “las razones para la brecha salarial de género van más allá de una simple cuestión de discriminación. Son la consecuencia de diferentes desigualdades que las mujeres afrontan en el trabajo, carrera y retribución”.

En primer lugar, señala la “segregación sectorial”, que explica alrededor de un 30 por ciento de esos desequilibrios. “La sobrerrepresentación de las mujeres en sectores de salarios bajos relativos, como los cuidados y la educación”, frente a un 80% de presencia masculina en “sectores mejor pagados, como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas [STEM]”.

Además, está la cuestión del equilibrio entre vida personal y profesional. “De media, las mujeres pasan menos horas en trabajos remunerados que los hombres, pero más horas en trabajo no remunerado”. Una situación que se ha agravado especialmente durante la pandemia y el confinamiento, como ya hemos informado con anterioridad en El Telescopio.

Otro motivo para estas desigualdades es el famoso techo de cristal. “La posición jerárquica influye en el nivel salarial: menos de un 10% de CEOs de las principales compañías son mujeres”. Además, “la profesión con las mayores diferencias en salario por hora en la UE es la de manager: un 23% menos”.

Tampoco podemos olvidar la discriminación: “En algunos casos, las mujeres ganan menos que los hombres por hacer trabajos del mismo valor”.

Cambiar de trabajo puede ayudar a reducir la brecha salarial de género

Cómo solucionarlo
Una de las principales palancas para cambiar esta situación puede ser cambiar de trabajo. Según el Massachusetts Institute of Technology [MIT], estos movimientos “pueden ayudar a reducir la brecha salarial de género”, en especial en posiciones directivas.

El MIT asegura que “el movimiento hacia la paridad ha sido muy lento en todos los segmentos, pero lo es más para las personas en niveles de mayores ingresos, incluidas managers y directivas”. Sin embargo, precisamente en esas posiciones, “cambiar de empleador ha estado ligado a mayores incrementos salariales”. Por tanto, puede convertirse en una vía para mejorar las condiciones de las mujeres y equipararlas a las de los hombres.