La economía mundial está experimentando una divergencia cada vez más pronunciada entre las principales potencias, según advierte el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Estados Unidos crecerá en 2025, pero Europa y China se enfrentan a amenazas

Por un lado, Estados Unidos muestra un vigor inesperado, con una proyección de crecimiento del 2,7% para este año. Por otro, Europa y China se enfrentan a desafíos significativos que amenazan con hacer que aumenten las disparidades económicas globales.

El panorama europeo se presenta especialmente complicado

Las complicaciones de Europa

El panorama europeo se presenta especialmente complicado. La zona euro apenas alcanzará un modesto crecimiento del 1% en 2025, ligeramente superior al 0,8% de 2024. La culpa la tienen los bajos niveles de fabricación y una persistente crisis energética que mantiene los precios del gas en niveles cinco veces superiores a los estadounidenses.

Esta situación está erosionando la competitividad industrial del continente y afecta seriamente la confianza de los consumidores.

La encrucijada china

Por su parte, China se encuentra en una encrucijada. A pesar de una revisión al alza de sus perspectivas de crecimiento hasta el 4,5% para el próximo año, el gigante asiático enfrenta el riesgo de caer en una "trampa de estancación por deflación".

Los expertos del FMI advierten que la caída de los precios podría aumentar el valor real de la deuda, lo que desencadenaría un círculo vicioso que debilitaría aún más la actividad económica.

Estados Unidos y mercados emergentes, en positivo

Estados Unidos emerge como la excepción positiva entre las grandes economías. Su robusta demanda interna y un sector tecnológico dinámico han impulsado la productividad, lo que ha atraído flujos de capital y ha fortalecido el dólar.

Sin embargo, esta fortaleza podría tener un coste: el riesgo de un repunte inflacionario que obligue a la Reserva Federal a mantener una política monetaria restrictiva.

Los mercados emergentes, excluyendo a China, muestran cierta resiliencia con proyecciones de crecimiento del 4,2% para este año. No obstante, se enfrentan a la amenaza de condiciones financieras más estrictas si el dólar continúa con su tendencia al alza.

Divergencias estructurales

El FMI advierte de que las diferencias entre Estados Unidos y Europa no se deben a factores circunstanciales, sino que son estructurales y, por tanto, “permanecerán si no se afrontan”.

El crecimiento de la productividad estadounidense, en especial en el sector tecnológico, junto con un “entorno más favorable para las empresas y mercados de capital más profundos”, se traducen en “mayores retornos para las inversiones” que los obtenidos en Europa.

Con el tiempo, estas condiciones producen en una mayor fortaleza del dólar y, en general, un incremento del nivel de vida por encima del resto de economías.

Soluciones

El FMI subraya la urgencia de abordar los desequilibrios estructurales que alimentan estas divergencias. Para Europa, esto implica reformas que impulsen la productividad y reduzcan su vulnerabilidad energética. China necesita implementar medidas fiscales y monetarias eficaces para estimular la demanda interna sin agravar los riesgos de deuda.

"Las políticas unilaterales que distorsionan la competencia, como aranceles o subsidios, raramente mejoran las perspectivas domésticas a largo plazo", advierte el informe, que exhorta a fortalecer la cooperación multilateral.

Incertidumbre política

La incertidumbre política añade una capa adicional de complejidad al panorama económico. Con numerosos gobiernos recién elegidos en 2024, las decisiones políticas podrían exacerbar o mitigar estas divergencias en los próximos meses.

El mensaje del FMI es claro: sin acciones decisivas para abordar los desequilibrios estructurales y fortalecer la cooperación internacional, las brechas económicas entre países podrían continuar ampliándose, hasta amenazar la estabilidad financiera global y el crecimiento sostenible.