“El envejecimiento de la población está transformando las estructuras sociales de todo el mundo”, advierten las Naciones Unidas. Según sus datos, la esperanza de vida al nacer “supera actualmente los 75 años en la mitad de los países del mundo, 25 años más que en 1950”. Ese es el escenario que marca la celebración hoy del día internacional de las Personas de Edad, bajo el lema “Envejecer con dignidad: reforzar los sistemas de atención y asistencia a las personas mayores en todo el mundo”.
Por eso, el secretario general de la ONU, António Guterres, exhorta “a reforzar los sistemas de cuidados y apoyo que respetan la dignidad de las personas de edad y las que prestan cuidados”.
Las mujeres son más vulnerables a la pobreza en la vejez
Mayores y mujeres
Además, se prevé que en 2030 “el número de personas mayores supere al de jóvenes en el mundo, y que este aumento sea más rápido en los países en desarrollo”.
Según la institución, se produce “sobre todo en los países de renta baja y media con servicios de cuidados limitados, lo que hace a las mujeres más vulnerables a la pobreza en la vejez”.
Y no solo eso: ellas, “que constituyen la mayoría de los receptores de cuidados y cuidadores, representan casi el 70% de las horas de cuidados informales en todo el mundo”.
En 2030 habrá más personas mayores que jóvenes en el mundo
Envejecimiento
El incremento de la edad de la población continuará en los próximos años. En concreto, se prevé que el número de personas de 65 años o más en todo el mundo se duplique ampliamente y que pase de 761 millones en 2021 a 1600 millones en 2050.
Y, según la ONU, ese crecimiento es aún mayor en el caso de quienes superan los 80 años. Por otro lado, se prevé que quienes cumplan los 65 años vivan en la actualidad una media de 16,8 años más que en 1950.
En 2018, el número de personas mayores superó al de niños menores de cinco años por primera vez a nivel mundial. Una situación que la ONU califica de “hito histórico”.
Lo datos de la institución apuntan a que a finales de esta década la población mundial de personas mayores supere el número de jóvenes y duplique el número de niños menores de cinco años.
Necesidades
“A medida que la población envejece, aumenta la demanda de asistencia sanitaria y social, sobre todo para personas con enfermedades como la demencia, una de las principales causas de dependencia y discapacidad entre los mayores. Es necesaria una atención especializada para satisfacer estas crecientes necesidades”, advierten las Naciones Unidas.
Como explica la Organización Mundial de la Salud [OMS], este cambio en la distribución de la población por su envejecimiento “empezó en los países de ingresos altos (en Japón, por ejemplo, el 30% de la población ya tiene más de 60 años), pero los cambios más importantes se están viendo actualmente en los de ingresos bajos y medianos”.
En 2050, la situación será incluso más acusada, con dos tercios de la población mundial de más de 60 años en países de ese nivel económico.
Problemática
La OMS explica que “desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte”.
Pero no solo eso. la institución señala que más allá de los cambios biológicos, “suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas”.
Envejecimiento saludable
Pero no todo es negativo: “La ampliación de la esperanza de vida ofrece oportunidades, no solo para las personas mayores y sus familias, sino también para las sociedades en su conjunto. En esos años de vida adicionales se pueden emprender nuevas actividades, como continuar los estudios, iniciar una nueva profesión o retomar antiguas aficiones”.
Y no podemos perder de vista su contribución a la sociedad, “de muchos modos a sus familias y comunidades”. No obstante, “el alcance de esas oportunidades y contribuciones depende en gran medida de un factor: la salud”.
Por eso, la OMS afirma: “A menudo se da por supuesto que las personas mayores son frágiles o dependientes y que constituyen una carga para la sociedad. Los profesionales de la salud pública, así como la sociedad en general, deben hacer frente a estas y otras actitudes edadistas, ya que pueden dar lugar a situaciones de discriminación y afectar a la formulación de políticas y la creación de oportunidades para que las personas mayores disfruten de un envejecimiento saludable”.