Ahora que acaban de terminar las clases en la mayoría de los centros educativos, es el momento de mirar a nuestro alrededor y darse cuenta del enorme privilegio que supone la enseñanza obligatoria.
La UNESCO acaba de presentar su informe “El precio de la inacción: el coste global privado, fiscal y social de que niñas, niños y jóvenes no aprendan”. Según sus datos, 128 millones de niños y 122 millones de niñas están sin escolarizar en todo el mundo.
El coste de las carencias educativas es de 10 billones de dólares al año
Educación solo para unos pocos
“La educación es una inversión estratégica, una de las mejores inversiones posibles para los individuos, las economías y el conjunto de la sociedad. Hago un llamamiento a nuestros Estados Miembros para que velen por que este derecho universal se convierta lo antes posible en una realidad para todos los seres humanos”, afirma Audrey Azoulay, directora General de la UNESCO.
La organización estima que el coste para la economía global de las carencias educativas en todo el mundo es de 10 billones de dólares al año. Una cifra que Azolay califica de “asombrosa” y que equivale al PIB conjunto de Francia y Japón.
En los países con rentas medias y bajas, el 70% de los niños de 10 años no entienden un texto simple escrito
Ni los mínimos
Las cifras del informe apuntan a que en los países con rentas medias y bajas, el 70% de los niños de 10 años no son capaces de entender un texto simple escrito.
La UNESCO también nos recuerda que “en 1948, la educación fue declarada un derecho universal. Este derecho fue reafirmado en 2015, cuando las Naciones Unidas definieron el acceso a la educación de calidad para todos como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS].
La educación es una de las mejores inversiones que puede hacer un país
La educación es la mejor inversión
En el otro lado de la moneda, el informe estima que “reducir la proporción de estudiantes que abandonan las clases o de quienes no cuentan con las habilidades básicas en solo un 10%, incrementaría el crecimiento del PIB anual en 1 o 2 puntos porcentuales”.
Por eso, desde la ONU aseguran que “la educación parece ser una de las mejores inversiones que puede hacer un país”.
Como afirma Azoulay, “el mensaje es claro: la educación para todos no solo es una palanca poderosa para el desarrollo económico, sino que también es una inversión estratégica, una de las mejores que existen para las personas, economías y la sociedad en su conjunto”.
Recomendaciones
Entre sus recomendaciones la ONU señala: “En línea con el ODS 4, proporcionar 12 años de educación gratis, financiada públicamente, inclusiva, igualitaria y de calidad, sin discriminación”.
La forma de conseguirlo es “hacer asequible y reducir el coste directo y de oportunidad de la escolarización, con especial atención a las necesidades específicas de cada género”.
En concreto, el informe recomienda dedicar “al menos el 4 o el 6 por ciento del PIB a educación”.
También es fundamental “crear entornos educativos transformadores en cuanto a género, inclusivos y empoderadores, que supongan un reto para las dinámicas de poder de la desigualdad”.
Además, es preciso “intervenir de forma temprana en la inversión en educación para la infancia”, tanto en el caso de las niñas, como de los niños. El objetivo es “crear las bases del aprendizaje e impulsar el potencial para afrontar desigualdades de género y normas de género dañinas”.
Las segundas oportunidades también son importantes, en el caso de quienes no han tenido acceso a la educación o la han visto interrumpida antes de tiempo.
El informe también señala la necesidad de contar con un profesorado “de calidad, cualificado, motivado y diverso” y “asegurar que van a clase, son justos y se relacionan por igual con todos los estudiantes”.
Todo, unido a campañas de sensibilización y acciones que aseguren que las comunidades locales comprenden y comparten la importancia de que los niños y niñas terminen sus estudios.
Algo, para lo que es preciso que el ambiente de las escuelas sea de “salud y bienestar mental, incluida la prevención y respuesta a todas las formas de violencia de género en los centros educativos”.