Las lluvias torrenciales que este otoño han azotado Alicante y Murcia, dejando barrios enteros anegados y graves daños materiales, se suman a una lista cada vez más frecuente de eventos climáticos extremos. Hace solo un año, la DANA en Valencia volvió a recordarnos la vulnerabilidad de nuestros entornos urbanos ante el cambio climático. Y en los últimos veranos, los incendios forestales han devastado miles de hectáreas en Galicia, Extremadura o Castilla y León. Estas catástrofes naturales no son hechos aislados, sino señales claras de una emergencia climática que exige respuestas urgentes, eficaces y sostenibles.
Cada 24 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático, una fecha que busca visibilizar los efectos del calentamiento global y movilizar a instituciones, empresas y ciudadanía en la lucha contra una de las mayores amenazas de nuestro tiempo. La jornada subraya la necesidad de actuar con rapidez y decisión para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptar nuestras sociedades a las nuevas condiciones climáticas.
La lucha contra el cambio climático requiere acciones inmediatas o efectivas. En este contexto, Veolia está impulsando soluciones innovadoras para proteger a las personas, los ecosistemas y los territorios. Su firme compromiso con la lucha contra el cambio climático ha convertido a esta multinacional en un referente global de la transformación ecológica.
Con una estrategia basada en tres grandes áreas —agua, energía y residuos—, la compañía lidera proyectos que reducen emisiones, regeneran recursos y favorecen la adaptación al cambio climático.
Alineada con su programa estratégico GreenUp 2024-2027, Veolia trabaja bajo tres principios: descarbonizar, descontaminar y regenerar. Su enfoque combina tecnología, eficiencia operativa y economía circular para acompañar a municipios, industrias y explotaciones agrícolas hacia un modelo de desarrollo sostenible y resiliente.
La escasez hídrica es ya una realidad estructural en muchas regiones de España. Veolia apuesta por una gestión diversificada del recurso, basada en la regeneración de aguas residuales y la desalinización, para garantizar el abastecimiento sin depender exclusivamente de las condiciones climáticas.
En la actualidad, la compañía reutiliza cerca del 15% del agua tratada en sus instalaciones. Estas aguas, una vez sometidas a tratamientos avanzados, pueden destinarse al riego agrícola, la limpieza urbana o incluso ser devueltas a ríos y acuíferos, iniciando un nuevo ciclo de captación.

Depuradora Cabezo Beaza (Veolia)
Ejemplos como la ecofactoría del Baix Llobregat, que proporciona el 25% del agua del área metropolitana de Barcelona, o la depuradora Cabezo Beaza, esencial para la agricultura del Campo de Cartagena incluso en épocas de sequía extrema, demuestran el impacto real de estas soluciones.
Complementando la regeneración, Veolia impulsa tecnologías de desalinización más eficientes y con menor coste energético. El 18% de las plantas desalinizadoras del mundo emplean tecnología desarrollada por el grupo. En España, destacan la planta de Bahía de Palma, principal fuente de agua potable en Mallorca, y la de Sant Joan Despí, la mayor planta desalobradora del grupo a nivel nacional.
En el ámbito energético, Veolia ofrece soluciones sostenibles que combinan eficiencia, energías renovables y descarbonización del sistema. Desde la producción de biomasa forestal certificada hasta redes urbanas de frío y calor, la compañía diseña infraestructuras adaptadas al entorno local que reducen la dependencia de combustibles fósiles y mejoran el bienestar ciudadano.
Con más de 300.000 toneladas anuales de biomasa forestal certificada SURE, Veolia no solo produce energía renovable, sino que también contribuye a la limpieza de montes y a la prevención de incendios mediante la gestión sostenible de los residuos vegetales.
Esta fuente inagotable permite calefacción, refrigeración y agua caliente sin emisiones ni dependencia del clima. En 2024, Veolia prestó servicio geotérmico a más de 100 clientes de distintos sectores, evitando la emisión de 800 toneladas de CO2.
En España, Veolia opera más de 600 edificios conectados a redes térmicas, con una capacidad de 300 MW (200 MW de calor y 100 MW de frío). El caso de Ecoenergies Barcelona es especialmente relevante: recupera el frío residual de Enagás en el puerto y aprovecha el calor generado con biomasa urbana.
Veolia impulsa cadenas de valor verdaderamente circulares, donde los residuos se convierten en materias primas de calidad o en energía. Este modelo reduce la presión sobre los recursos naturales y limita las emisiones derivadas de la extracción y el transporte.
La planta La Red by Veolia, en Sevilla, procesa más de 120.000 toneladas anuales de plásticos posconsumo, transformándolos en nuevos productos con certificación UNE-EN 15343. En Badajoz, TorrePET by Veolia se especializa en PET alimentario reciclado, cerrando el ciclo completo de las botellas y siendo pionera en España en obtener la certificación de 'Fin de Condición de Residuo'.
En Mataró (Barcelona), el Centro Integral de Valorización del Maresme trata 280.000 toneladas al año mediante compostaje, metanización y recuperación energética. En Madrid, en el Parque Tecnológico de Valdemingómez, el centro Las Lomas permite generar electricidad a partir de residuos que no pueden reciclarse.
La acción climática requiere herramientas capaces de predecir riesgos y optimizar la gestión de recursos. Veolia integra gemelos digitales, IoT, big data e inteligencia artificial generativa en sus infraestructuras para mejorar la eficiencia y la resiliencia frente a los impactos del cambio climático.
Estas tecnologías permiten una respuesta proactiva ante emergencias, anticipando incidencias, optimizando el mantenimiento de redes y reduciendo pérdidas.
La transformación ecológica no es una opción, sino una necesidad urgente. Veolia demuestra que es posible construir un futuro sostenible mediante innovación, compromiso social y gestión eficiente. En un mundo en el que la emergencia climática se ha convertido en una certeza, ha llegado el momento de aplicar soluciones.