Mis queridos vecinos de Hyrule, vengo a contaros que ‘Hyrule Warriors: La era del destierro’ es uno de esos juegos que empiezas pensando que solo vas a "probarlo un rato", y antes de darte cuenta, te dan las dos de la mañana con los cascos soldados a las orejas y una sonrisa tonta en la cara, pensando: "Vale, ahora Zelda es la protagonista que siempre quise”.
Sí, esta vez Zelda no está aquí para llorar en templos remotos ni para sostener el castillo flotando en el aire con el poder de la fe y lágrimas de dragón. Nada de eso. Aquí impone su ley con magia, sabiduría y combos que harían que hasta la misma Bayonetta se tuviera que ajustar las gafas.
Zelda, la princesa que no necesita ser salvada
La historia transcurre durante la legendaria Guerra del Destierro, ese antiguo conflicto mencionado en entregas anteriores y funciona como precuela directa. Si jugaste a ‘Tears of the Kingdom’ y pensabas que tenías claro el pasado de Hyrule, siento decirte que estabas equivocada. En realidad, no sabías nada.
Zelda viaja en el tiempo a una era en la que los reinos aún se están formando, donde el mal surge por primera vez y los dioses parecen demasiado ocupados disfrutando de sus vacaciones cósmicas. Es ella quien tiene que lidiar con todo, sin Link, sin espadas mágicas prestadas, sin nadie que resuelva sus problemas.
Es gratificante comprobar cómo se las han apañado para retratar a una Zelda humana, valiente, con algunas dudas, pero también con una fuerza interior que crece con cada misión. Pero lo mejor es que no la trata como "la princesa que lo intenta", sino como una líder que inspira. Comete errores, sí, ¿quién no? Pero también se levanta, sonríe y aniquila a cien Bokoblins seguidos con una runa elemental que haría que cualquiera gritara de terror.
La lucha que merece la pena es la que te hace sufrir
Pero claro que sí, 'La era del destierro' es un musou, ese género en el que te enfrentas a ejércitos enteros de enemigos que Koei Tecmo ha logrado transformar en arte. El combate es intenso, rápido y satisfactorio como pocos juegos de este tipo. Los ataques ligeros y pesados se combinan en combos espectaculares, y cada personaje tiene su propio estilo. Zelda, por ejemplo, alterna entre hechizos de luz y ataques cuerpo a cuerpo con movimientos para esquivar bien sincronizados que dan lugar a contraataques magníficos.
Aun con todo, llama la atención el grado de integración con 'Tears of the Kingdom'. Los dispositivos Zonai se dejan ver y, sí, puedes usar bombas, ventiladores, turbinas, cañones e incluso mecanismos alocados dignos de los inventos más insólitos de la historia. Pero si hay algo que 'Hyrule Warriors: La era del destierro' hace mejor que sus predecesores (‘La era del cataclismo’), es la ambientación, porque el mundo pasa de simple decorado a auténtico personaje.
Cada región tiene su propia identidad, historia y propósito. Las antiguas tierras de Hyrule se perciben vivas, con templos algo derruidos, campos dorados y una atmósfera que invita a acampar allí, incluso sabiendo que un Gleeok podría aparecer en cualquier momento y convertirlo todo en un infierno. A eso se suma una dirección artística sencillamente maravillosa en la que Zelda brilla literalmente, las animaciones se ven naturales y muy cuidadas con un diseño de personajes que mezcla partes del estilo visual de 'Tears of the Kingdom' con toques de anime y fantasía épica.
Rinde como no imaginas
El juego es exclusivo de Switch 2 y sorprende por ser realmente estable. El rendimiento se mantiene cerca de los 60 FPS, incluso con cientos de enemigos en pantalla. Es cierto que a veces se producen tirones, pero nada que empañe la diversión. ¿Molesta un poco la resolución inferior a 1080p? Quizá. Pero tampoco es lo más importante cuando estás destruyendo una fortaleza entera con una bomba gigante con forma de flor Zonai, ¿verdad?
El mapa, las misiones y todo lo demás
El juego presenta un mapa mundial repleto de marcas, muy similar al de ‘La era del cataclismo’, que incluye misiones principales, retos secundarios, talleres de forja de armas y PNJ que solicitan materiales a cambio de mejoras. Es una mezcla de rol ligero y simulador de productividad medieval, y funciona a la perfección. Cada misión completada desbloquea nuevas zonas, bonificaciones y equipamiento. Quiero decir que sientes que progresas constantemente, haciendo que cada sesión de juego sea gratificante (y más larga de lo que tienes pensado).
Además, hay momentos de sensaciones puras a través de pequeñas escenas cinemáticas, conversaciones entre personajes y detalles del mundo que hacen que la historia entre de forma más emotiva con un estilo visual precioso, una puesta en escena muy cinematográfica y una banda sonora muy cuidada.
La banda sonora que resuena a través de los tiempos
Si eres como yo y pasas el día repicando en tu cabeza temas de Nintendo hasta cuando te lavas los dientes (sin juzgar, ¿vale?), prepárate, porque la banda sonora de 'Hyrule Warriors: La era del destierro' es sencillamente sublime. Incluye remezclas orquestales de temas clásicos que te hacen sentir como si estuvieras en medio de una guerra santa. ¿Y el diseño de sonido? Otra delicia. Cada hechizo, cada golpe de espada, cada trueno resonando en campo abierto es un auténtico placer.
Zelda representa el espíritu de Hyrule
Pero en 'Hyrule Warriors: La era del destierro' hay algo que realmente trasciende todo y es la reproducción de una Zelda tan poderosa como vulnerable. A lo largo de su viaje madura, encara dilemas, fracasa, aprende y se transforma en la leyenda que conocemos. La narrativa está repleta de momentos conmovedores e incluso reflexiones sobre el destino, el sacrificio y el peso del liderazgo. Todo ello contado con una sensibilidad femenina que nunca se había visto tan bien representada en la franquicia. Resulta casi poético pensar que mientras Link duerme durante milenios en su cápsula sagrada, Zelda lucha sola para asegurar que el mundo siga existiendo cuando él despierte.
Conclusiones
'Hyrule Warriors: La era del destierro' se sitúa como el mejor juego de esta línea y uno de los spin-offs más redondos que Nintendo ha aprobado. Combina la narrativa emotiva de 'Tears of the Kingdom' con el sistema de combate frenético y elegante de Koei Tecmo y el resultado es un auténtico lujo. Es divertido, bonito, intenso y, sobre todo, significativo, porque si hay un videojuego que demuestra que una princesa puede y debe luchar sola, es este.
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