A día de hoy, los creadores de videojuegos independientes encuentran en el navegador web un aliado inesperado. Lejos de ser reliquias del pasado, los juegos HTML5 vuelven a ganar protagonismo como alternativa directa a las tiendas de apps tradicionales. No son pocos los estudios que han comenzado a optar por este modelo, con el cual publicar un juego es tan sencillo como compartir un enlace, sin descargas ni intermediarios. Esta tendencia, mencionada incluso por Trip Hawkins, fundador de Electronic Arts en un reciente evento, señala un cambio de rumbo en el desarrollo y monetización de los productos de ocio electrónico.
Con esto en mente, a partir de ahora nos centramos en explorar por qué cada vez son más los desarrolladores que apuestan por el navegador, cómo logran un alcance global con presupuestos ajustados y qué herramientas HTML5 tienen a su disposición.
Costes bajos, alcance global
En paralelo, desarrollar en HTML5 suele requerir menos inversión que crear aplicaciones nativas. Las herramientas son asequibles (muchas gratuitas) y un mismo juego web funciona en PC, móvil o tableta sin apenas modificaciones. Esto significa que un equipo reducido puede llegar a un público masivo con solo una página web o subiendo el juego a algún portal especializado de confianza. La distribución es prácticamente instantánea y un jugador puede pasar de ver un anuncio en redes sociales a jugar en su navegador al momento, sin pasos intermedios. Esta agilidad elimina barreras de entrada y reduce los gastos en marketing tradicional, ya que la propia viralidad de un enlace compartido tiene mucho potencial.
El alcance de los juegos de navegador modernos es realmente global. Según datos recientes, casi un tercio de los usuarios de los sitios de juegos web ya juegan desde el móvil, algo que refleja la adaptación de estas plataformas a la pantalla táctil. Para el desarrollador, esto se traduce en audiencias más amplias sin incurrir en costes de ports o versiones separadas. Además, existen plataformas perfectas para este tipo de iniciativas que permite iterar y actualizar contenido con rapidez, ya que no dependen de aprobación alguna de terceros. Así se pueden corregir errores o añadir novedades y tenerlas disponibles al instante en todos los dispositivos.
Nikita Bokarev, CBDO de Playhop explica: “La web representa una oportunidad única: un primer contacto instantáneo y sin fricciones, que permite a los jóvenes desarrolladores de videojuegos adentrarse en sector en cuestión de segundos. Y una vez que lo hacen, suelen quedarse, explorando con mayor profundidad y compromiso. Al mismo tiempo, la web también atrae a juegos que ofrecen cientos de horas de contenido para jugadores más experimentados. Actualmente, hemos alcanzado un promedio de 45 minutos de juego diario por usuario. Muchos de estos jugadores probablemente nunca habrían probado los videojuegos de otra forma, ya sea porque los consideraban demasiado complicados, exigentes o por los anticuados estigmas que aún rodean al sector del videojuego”.
Herramientas y plataformas
El ecosistema ofrece múltiples aliados para quienes crean juegos en HTML5. Por un lado, los motores de desarrollo han dado un salto de calidad en soporte web y herramientas populares como Unity ya permite exportar juegos al navegador con buenos rendimientos, mientras motores nativos de la web como Phaser o PlayCanvas facilitan desde cero la creación de títulos con soporte para cualquier navegador moderno. Estas tecnologías se apoyan en estándares abiertos como WebGL (gráficos acelerados) y pronto WebGPU, que acercan al navegador prestaciones gráficas cercanas a las de un juego nativo. En paralelo, la potencia de los dispositivos actuales (desde móviles hasta Smart TV) asegura que incluso experiencias 3D complejas puedan ejecutarse vía web, ampliando el tipo de juegos que se atreven a dar el salto al HTML5.
Por otro lado, existen plataformas de distribución fiables, que están planteadas para maximizar el éxito de los desarrolladores web. Portales como Playhop actúan como escaparates donde los creadores suben sus juegos e integran sencillos SDK de publicidad; a cambio, el portal comparte los ingresos generados por anuncios con el desarrollador. Este modelo de reparto de beneficios ha permitido que pequeños estudios prosperen con cada paso que se da para abrir nuevas vías de monetización, con entregas exitosas como 'Cut The Rope', un adictivo juego de rompecabezas con más de mil millones de descargas, o ‘Melon Sandbox’, una entrega con una amplia gama de elementos para que los jugadores exploren, desde armas cuerpo a cuerpo hasta elementos interactivos como barriles. La experiencia de juego es tan amplia como la imaginación, ofreciendo una plataforma para infinitas aventuras creativas.
Terreno fértil
En definitiva, el fenómeno de los juegos de navegador parece que ha resurgido gracias a HTML5 y lo hace para democratizar el sector. Con bajos costes de entrada, distribución global inmediata y herramientas cada vez más potentes, estudios de cualquier envergadura pueden crear, distribuir y rentabilizar sus proyectos por méritos propios. Mientras las tiendas de apps siguen llenas de competidores y ligadas a decenas de condiciones, la web abierta se consolida como un camino donde la creatividad y la accesibilidad pueden llevar la delantera.
Hoy cualquier usuario con conexión puede disfrutar de un juego con calidad de app nativa, y cualquier desarrollador puede aspirar a un éxito mundial desde su navegador. Lejos de comisiones y límites, el futuro de los juegos en navegador promete un terreno fértil de innovación.