Siempre he pensado que el universo tiene un sentido del humor un tanto retorcido, pero esta vez se ha superado a sí mismo. Tras una década de promesas, reinicios, cambios de estudio, almas vendidas al mejor postor y probablemente, un par de hechizos de nigromancia corporativa, llegó un momento en el que pensé de verdad que ‘Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2’ estaba en condiciones de emerger de las sombras y generar una corriente de seguidores. Pero no. El juego salió, recibió una mezcla de elogios y palos bastante respetable y se desvaneció... sin dejar precisamente una lluvia de doblones en las arcas.

Me debes 32 millones de euros

La editora sueca Paradox, que se mueve como pez en el agua entre hojas de cálculo, gnomos contables y juegos sobre medievalistas que luchan por títulos nobiliarios, se planteó que quizá el género “RPG de acción vampírica con aires gótico-hipster” podía ser otra de sus especialidades. Pero en realidad la compañía se ha visto aplastada por una depreciación de costes de desarrollo que ronda los 31,8 millones de euros.

Pero seamos sinceras, al menos en la editora han demostrado que tienen cierta madurez. La compañía asume la responsabilidad y ha dejado claro que no va a señalar con el dedo a The Chinese Room, que es el equipo que ha desarrollado la versión final de ‘Bloodlines 2’ después de que el proyecto saliera de Hardsuit Labs. Pero lo más doloroso es que han tenido que aceptar por las malas que no, no son expertos en vampiros que se lucen con movimientos sensuales.

Lo primero es admitirlo

Fredrik Wester, director ejecutivo de la editora, incluso ha enviado el clásico memorando corporativo, en el que viene a decir algo así como: “Teníamos grandes ilusiones; pensamos que era un buen juego, una propiedad intelectual sólida y un gran atractivo…”. Sí, pero a estas alturas deberías saber que las expectativas son ese monstruo que suele morder a las editoras con más fuerza que Nosferatu.

Lo más curioso es que el juego está lejos de ser un desastre. Eso lo defiende el propio Fredrik, algunas reseñas y muchos jugadores de PC que saben lo peligroso que es un RPG con mucho potencial lanzado en el momento equivocado. ‘Bloodlines 2’ lo tenía todo para representar “esa espera que se resuelve a lo triunfal”, pero de alguna forma han logrado liarla.

Un hilo de oscuridad entre tanta luz

Vamos a respirar y a esperar un poco, porque es posible que muchos jugadores comiencen a darse cuenta de su potencial que, además, irónicamente, todavía tiene recorrido por delante en forma de contenido descargable. Sí, dos expansiones narrativas de pago y una hoja de ruta con actualizaciones gratuitas. Esperemos que los vampiros sigan ahí, un poco anémicos, pero aún con fuerza suficiente para remontar el vuelo.

No podemos olvidar que ‘Bloodlines 2’ nació sufriendo en algún lugar insalubre de Hardsuit Labs, luego fue arrastrado a los brazos de The Chinese Room, donde lo dejaron tirado un buen rato al sol y casi le da algo. Se desmayó, despertó bastante cabreado, se cambió la ropa, se atusó la melena y siguió su camino. El solo hecho de haberlo lanzado sin que se cayera a cachos ya es todo un logro.

¿Ahora qué pasa con Bloodlines 2?

Pues a esperar que encuentre su público, porque al final esa es la parte más triste de la historia. Un RPG peculiar, lleno de estilo y con una de las ambientaciones más atractivas del género, que ha sido devorado por sus propias expectativas corporativas. Pero como dice la leyenda ningún vampiro muere del todo. Solo necesita un poco de oscuridad y algún que otro parche para recuperar las ansias de sangre.

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