El caso Negreira sigue sumando capítulos judiciales y declaraciones públicas de los expresidentes del FC Barcelona. En los últimos días, Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu y Joan Laporta han fijado posición ante la investigación que analiza los pagos del club al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. Tres voces distintas, un mismo escenario judicial y un objetivo común: desvincular al club de cualquier irregularidad deportiva. Aunque, como se ha podido comprobar gracias a la publicación de los tres testimonios por parte de Ramón Álvarez de Mon, el actual mandatario culé - que declaró en calidad de testigo - sale algo trastocado. 

Sandro Rosell: “Conocí a Negreira cuando entramos en la directiva”

El expresidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, ha sido uno de los últimos en pronunciarse públicamente sobre el caso. En sus declaraciones, aseguró que conoció a José María Enríquez Negreira en 2003, cuando accedió por primera vez a la junta directiva del club, y defendió que los pagos realizados durante aquellas etapas no tenían como finalidad influir en decisiones arbitrales.

Rosell insistió en que los servicios contratados estaban relacionados con informes técnicos y asesoramiento arbitral, una práctica que, según su versión, era habitual en el fútbol profesional de la época. También subrayó que nunca tuvo constancia de actuaciones ilegales ni de contraprestaciones que alteraran la competición. Su declaración se enmarca dentro de una investigación aún abierta, en la que el juzgado analiza la naturaleza de los pagos y su encaje legal. Por ahora, no existe una resolución firme, un aspecto que el entorno del expresidente recalca como relevante.

Bartomeu: “No necesitábamos ayuda arbitral”

Antes que Rosell, Josep Maria Bartomeu compareció ante la justicia para explicar su etapa al frente del club. El exmandatario defendió que el FC Barcelona contaba con “el mejor equipo” durante su presidencia y que, por tanto, no necesitaba ningún tipo de ayuda externa para competir.

Bartomeu sostuvo que los pagos respondían a servicios profesionales y negó cualquier intento de influir en el estamento arbitral. En su declaración, recalcó que el club vivía una etapa de éxito deportivo sostenido, algo que, a su juicio, desmonta la tesis de una ventaja irregular.

También señaló que las cuentas del club eran auditadas y que no existían alertas internas que cuestionaran la legalidad de esos contratos, aunque la investigación judicial continúa abierta a la espera de conclusiones definitivas.

Laporta y la tesis de la “campaña orquestada”

El actual presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha adoptado un tono más institucional y político. Ante la jueza y posteriormente en declaraciones públicas, sostuvo que el club es víctima de una “campaña orquestada” para dañar su imagen.

Laporta defendió que los pagos investigados comenzaron antes de su actual mandato y que no existe ninguna prueba que vincule al club con una compra de decisiones arbitrales. Reiteró, además, la disposición del Barça a colaborar con la justicia y a facilitar toda la documentación requerida.

Los tres coinciden en una cosa, pero Rosell señala a Laporta

Pese a los matices, las declaraciones de Rosell, Bartomeu y Laporta comparten un eje común: ninguno reconoce irregularidades ni intencionalidad fraudulenta. Los tres sostienen que no hubo influencia arbitral y que el club actuó dentro del marco legal.

Las diferencias aparecen en el enfoque. Rosell se apoya en el contexto histórico; Bartomeu en el rendimiento deportivo; y Laporta en una lectura institucional y mediática del proceso. Tres relatos distintos para una misma defensa.

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