La regatista española Támara Echegoyen, abanderada en los Juegos Olímpicos de París 2024, ha dado un paso más en su carrera con un proyecto histórico en la vela oceánica. En una entrevista con MARCA, la gallega adelantó sus planes de liderar un equipo íntegramente femenino en una de las competiciones más exigentes del mundo: una travesía oceánica que pondrá a prueba resistencia, estrategia y coordinación.
El proyecto no es solo deportivo: para Echegoyen representa una oportunidad para demostrar que la vela femenina española tiene la fuerza y la preparación necesarias para afrontar retos de alto nivel en mar abierto. Con su experiencia olímpica como base, Támara busca trasladar toda su disciplina, conocimiento y liderazgo a un grupo de mujeres que compartirán, literalmente, cada ola, cada cambio de viento y cada decisión crucial durante la regata.
Un equipo exclusivamente femenino
La gran novedad de este proyecto es que todas las integrantes del equipo son mujeres, algo poco habitual en competiciones oceánicas de alto nivel. Echegoyen subraya que el objetivo no es solo competir, sino visibilizar la presencia femenina en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres. “Queremos demostrar que tenemos capacidad para liderar, navegar y tomar decisiones críticas en las mismas condiciones que cualquier otro equipo,” afirmó.
Cada miembro ha sido seleccionada no solo por su talento en la vela, sino también por su resiliencia y capacidad de trabajo en equipo. Según la regatista, la cohesión del grupo será clave: en travesías de varias semanas, donde la convivencia y la coordinación son tan importantes como la estrategia, contar con un equipo comprometido y experimentado puede marcar la diferencia entre completar la regata con éxito o enfrentar serias dificultades.
La experiencia olímpica como base de fortaleza
El recorrido de Echegoyen en los Juegos Olímpicos le proporciona un bagaje único. Su oro en Londres 2012 y su papel como abanderada en París 2024 le han enseñado a gestionar la presión, planificar con precisión y liderar con empatía. Estas habilidades serán esenciales para dirigir un equipo femenino en alta mar, donde cada decisión puede tener consecuencias inmediatas sobre la seguridad y el rendimiento.
Además, la regatista recalca que esta etapa oceánica le permite continuar creciendo sin abandonar sus raíces en la vela competitiva. Según explicó, el proyecto no solo se centra en la competición: también busca inspirar a futuras generaciones de mujeres navegantes, mostrando que es posible combinar excelencia técnica y espíritu de equipo en entornos extremos.
Un reto histórico y un legado para la vela femenina
Esta vez se trata de un desafío muy diferente, un reto de velocidad en el que su rival no es otro barco sino el tiempo. La plusmarca vigente es de 40 días y 10 horas, y la batió el IDEC Sport de Álex Pella en 2017. ‘The Famous Project CIC’, el equipo femenino, lo intentará precisamente con ese mismo barco y el navegante oceánico catalán ya le ha dado algún consejo a la gallega.
Partirán de Brest y dejarán los tres Cabos más importantes (Buena Esperanza, Leeuwin y Hornos) a babor, a la izquierda. Navegarán por el Océano Atlántico, bajarán hasta el Océano Sur y pondrán rumbo hacia el Este, para utilizar los vientos y las corrientes a favor.
El proyecto de Támara Echegoyen es, en palabras de la propia deportista, “un sueño que nadie había logrado antes”. Liderar un equipo femenino en una travesía oceánica, sumando experiencia, valentía y visibilidad para la vela española. La combinación de su palmarés olímpico y su liderazgo en alta mar promete convertirse en un referente para futuras regatistas, un ejemplo de que la perseverancia y la pasión pueden abrir nuevas rutas, tanto en el deporte como en la vida.