‘Evasión o victoria’ es una película imprescindible en la galería de cualquier aficionado al fútbol. Cómo no iba a serlo una cinta que cuenta con la presencia de las leyendas Pelé, Bobby Moore u Osvaldo Ardiles y actores como Silvester Stallone o Michael Caine. El film está ubicado en la Segunda Guerra Mundial y trata sobre un grupo de presos que se vieron obligados a jugar un partido de fútbol contra soldados del ejército nazi. Un gol de chilena de Pelé empató el encuentro al final y la confusión les permitió a los presos cambiar su ropa por prendas de la calle para así escapar. Un final muy hollywoodiense, pero que dista mucho de lo que ocurrió en realidad. Porque si, la película está basada en un hecho que sucedió: el llamado ‘Partido de la Muerte’.
A inicios de la década de los 30, la Unión Soviética había decidido apostar por la formación de jóvenes en el mundo del fútbol para crear una potencia en este deporte. En Ucriania, el Dinamo de Kiev logró juntar un equipo de corta edad pero formado por grandes estrellas, hasta que la invasión de Alemania en 1941 provocó que estos mismos jugadores terminaran en campos de concentración. Allí fundaron un equipo de fútbol que pasó a la historia: el FC Start.
Este club estaba compuesto por ocho jugadores del Dinamo de Kiev y tres del Lokomotiv Kiev. El equipo nació ‘gracias’ a un panadero, aficionado del Dinamo, que consiguió juntar a los jugadores después de ofrecerles trabajo en su panadería. Gracias a los donativos de sus paisanos, lograron equipaciones, medias y botas y, el 7 de junio de 1942, disputaron su primer partido. Jugaron varios amistosos y los ganaron todos, la mayoría con sendas goleadas.
Los nazis no podían parar al Start
El FC Start se convirtió en motivo de orgullo y un símbolo de resistencia para muchos ucranianos, y esto preocupó en el seno del ejército alemán, ya que todos los combinados nazis fueron cayendo uno a uno en el campo de fútbol. Los alemanes organizaron entonces un partido más y alinearon un once formado por miembros de las fuerzas aéreas nazis reforzados con varios futbolistas profesionales de Baviera. Aquel equipo era conocido como Flakelf. El encuentro, que tuvo lugar el 6 de agosto de 1942, se saldó con una nueva goleada del equipo local: 5-1 para los soviéticos.
Al día siguiente, les informaron de que tan solo 72 horas después, tendría lugar una última contienda. Fue el partido del 9 de agosto de aquel año el que pasó a la historia con el nombre de ‘el Partido de la Muerte’. El estadio del Zenit se llenó completamente para presenciarlo. Sobre los jugadores ucranianos se cernía una amenaza: si ganaban, podían morir fusilados. Se adelantaron los alemanes, pero el Start remontaría con tres goles que hicieron que la ‘batalla’ marchara 3-1 al descanso.
Pese a las constantes amenazas, los jugadores del Start no quitaron el pie del acelerador, querían ganar sin importar el precio a pagar. Lo consiguieron con un 5-3 favorable a los presos. Tras el partido, los jugadores soviéticos celebraron la victoria en sus casas y dos días después, volvieron a hacerles jugar, esta vez contra el Rukh, y de nuevo golearon venciendo 8-0. Finalmente, el comandante local prohibió los partidos para evitar que los alemanes continuaran con su descrédito al seguir perdiendo. Después de este último encuentro, terminó la andadura del FC Start, y el 18 de agosto comenzaron las detenciones a los jugadores, acusados de sabotaje y espionaje tras una visita de la Gestapo a la panadería en la que trabajaban.
Varios jugadores murieron fusilados y los supervivientes fueron trasladados a un campo de concentración, donde algunos también perderían la vida, víctimas del trato que allí se les dio. La historia del FC Start demuestra varias cosas: las películas de Hollywood no suelen adaptarse a los hechos reales y todo suceso en el que el nazismo esté involucrado nunca podrá tener un final feliz.