Vox presentaba este domingo su programa económico y, en un ejercicio de malabarismo, decidió dejar pasar la injerencia en la soberanía nacional del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y sus aranceles. España es lo más grande hasta que líder ideológico de la extrema derecha mundial ataca sus intereses, momento en el que las pulseras se esconden y las cabezas se agachan. El campo volvió a ser uno de los pilares del discurso de los ultras españoles y, pese a ser uno de los principales damnificados de las barreras arancelarias, no hubo referencia.

Por lo demás, un programa plagado de políticas neoliberales y en favor del desmantelamiento del Estado del Bienestar. La exposición corría a cargo del secretario general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, José María Figaredo, y el portavoz de Vivienda en la Cámara Baja, Carlos Hernández Quero, y estuvo plagada de medidas de reducción impositiva y recortes en materia pública. Una rebaja "drástica y masiva" de impuestos y la reducción "radical" de los gastos de la Administración Pública son algunas de las propuestas de los de Santiago Abascal, que no aclaran como las implementaría sin que ello derive en un recorte en servicios como la educación o la sanidad.

Asimismo, desde Vox reclaman volver atrás en materia ecológica y recuperar el peso de las industrias pesadas. En esta línea, la extrema derecha apuesta por una reindustrialización de la economía española también "radical", una revolución de la política energética y una defensa del sector agrícola como pilar estratégico. Además, suman al grupo de medidas principales la reducción normativa, la eficiencia de la Administración pública y la integración de la Inteligencia Artificial en la misma, la vivienda y el refuerzo de las fronteras.  

"Hoy todos los indicadores de precariedad en el empleo, falta de vertebración territorial, desplome de la producción industrial, fiscalidad salvaje, imposibilidad de ahorro, entre otras, culminan en la dificultad de acceso a la vivienda a los españoles", expone Vox en su texto. Los españoles son “cada vez más pobres”, aluden, y la culpa es del Pacto Verde europeo; la deslocalización de la producción, aunque no señalan a los empresarios que la practican; la competencia desleal de terceros países, sin mencionar el ataque de Estados Unidos; la alta fiscalidad, pese a que en España está lejos de situarse a la cabeza en esta materia; y la inmigración, mientras los datos muestran que genera mucho más PIB del que perciben.

De cara a la vivienda, las soluciones de antaño: ampliación de suelo disponible, simplificación administrativa, aligeramiento de burocracia, trabas y trámites, reducción "drástica" de los impuestos que cobra el Estado desde que se adquiere un terreno hasta la finalización de la construcción, derogación de todas las medidas que consideran intervencionistas en el mercado de alquileres y política "de mano dura" con la okupación y la inquiocupación. Ni rastro a los desahucios, que superan con mucho la supuesta ola de okupación, ni de los bancos, fondos buitre o la gentrificación que asola los barrios.

Contra el más débil

El presidente de Estados Unidos no merece ni una línea para Vox, pese a estar amenazando directamente a la soberanía española; pero los inmigrantes que ocupan los escalafones socioeconómicos más bajos son las principales víctimas de sus ataques. Así, la extrema derecha plantea "inundar" España de bloques de vivienda protegida, pero solo para españoles. En este sentido, defiende que "ante una vivienda, el español siempre primero", por lo que para el acceso a vivienda social y protegida reclama situar el arraigo y el acumulado histórico de años de la familia en España como principales criterios de asignación de viviendas.

De cara al alquiler, se decanta por prohibir el arrendamiento a inmigrantes ilegales y perseguir lo que considera un empadronamiento fraudulento, mientras que para la compra aboga por atajar la adquisición "masiva" de vivienda por capital extranjero estableciendo una fiscalidad diferenciada para compradores no comunitarios. "La recaudación resultante se destinará a bonificaciones y exenciones fiscales para la compra de vivienda por parte de españoles y a la construcción de vivienda protegida", expone Vox.

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