Telefónica ha presentado sus resultados correspondientes a los nueve primeros meses del ejercicio, con unos ingresos de 26.970 millones de euros, lo que supone un incremento orgánico del 1,1% interanual. El resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado se situó en 8.938 millones, un 0,9% más que en el mismo periodo de 2024, con un margen del 33,1% sobre la facturación, prácticamente en línea con el año anterior.

Sin embargo, el beneficio neto de las operaciones continuadas entre enero y septiembre cayó hasta 828 millones de euros, un 46% menos que los 1.531 millones del ejercicio previo. En el conjunto, la compañía registró pérdidas netas atribuidas de 1.080 millones, frente a las ganancias de 954 millones obtenidas al cierre del tercer trimestre de 2024.

La teleco ha confirmado el pago de un dividendo de 0,3 euros por acción con cargo a los resultados de 2025, que se abonará en dos tramos de 0,15 euros, en diciembre de este año y en junio de 2026.

Sin embargo, ha anunciado un fuerte recorte para 2026, cuando el dividendo se reducirá a la mitad, hasta 0,15 euros por título, y se abonará en junio de 2027.

La decisión se enmarca en el lanzamiento del nuevo plan estratégico de la compañía, con el que pretende reforzar su balance financiero. Según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la reducción responde a la voluntad de imponer una “disciplina financiera de hierro”, un concepto que ya había adelantado el presidente Marc Murtra durante la junta de accionistas celebrada en abril.

El dividendo será fruto del flujo de caja libre

“La política de dividendos es una parte integral de nuestra estrategia de asignación de capital y será el resultado del flujo de caja libre de Telefónica, tras invertir en el futuro de Telefónica y mantener un nivel adecuado de apalancamiento financiero”, ha explicado Murtra.

En este sentido, la compañía ha adelantado que la remuneración al accionista para los ejercicios 2027 y 2028 se situará entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre, reforzando así su compromiso con la sostenibilidad financiera a medio plazo.

Objetivos a 2030: crecimiento moderado y menor inversión

En su hoja de ruta, Telefónica prevé un crecimiento anual compuesto de entre el 1,5% y el 2,5% para los ingresos, el Ebitda ajustado y la caja operativa en el periodo 2026-2028. A partir de 2029 y hasta 2030, la compañía espera que ese crecimiento se sitúe entre el 2,5% y el 3,5%.

Asimismo, el grupo estima reducir su margen de inversión de capital (capex) sobre ingresos hasta alrededor del 12% entre 2026 y 2028, y hasta el 11% desde 2029 en adelante, con el objetivo de mejorar la eficiencia y la generación de caja.

Una etapa de transición bajo el mando de Murtra

El nuevo plan estratégico de Telefónica marca el inicio de una etapa de transición y contención, impulsada por el presidente Marc Murtra, con el objetivo de reforzar la solidez del grupo y recuperar márgenes en un entorno de fuerte competencia y presión regulatoria. La compañía, que en los últimos años ha afrontado una caída progresiva del beneficio neto y un endeudamiento elevado, asume ahora una política más prudente que busca garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo sin renunciar a su papel de actor global en el sector de las telecomunicaciones.

Murtra ha insistido en la necesidad de aplicar una “disciplina financiera de hierro” que permita a Telefónica operar con mayor eficiencia y rentabilidad, incluso en escenarios de menor crecimiento. El ajuste del dividendo y la revisión de las inversiones no son un simple movimiento coyuntural, sino una reorientación estratégica que pretende priorizar proyectos con retorno asegurado y consolidar los negocios más rentables de la compañía, especialmente en España, Alemania, Brasil y Reino Unido, sus cuatro grandes mercados.

Con la reducción del dividendo de 2026 y el rediseño de los objetivos de inversión, la operadora busca afianzar su solvencia y centrar recursos en áreas clave como la digitalización de servicios, la expansión de la red de fibra óptica y 5G, y el impulso de su división tecnológica Telefónica Tech, especializada en ciberseguridad, cloud y big data. Estas áreas representan, según la compañía, los pilares sobre los que se construirá la nueva etapa de crecimiento sostenido prevista a partir de 2028.

Otro de los ejes del plan pasa por fortalecer su presencia internacional. Telefónica mantiene su apuesta por Latinoamérica, donde continúa siendo uno de los principales operadores, y por el mercado británico, en el que participa a través de Virgin Media O2, una de las filiales más relevantes del grupo. La compañía pretende maximizar el valor de estas alianzas estratégicas, aprovechar las sinergias derivadas de la digitalización y avanzar hacia un modelo operativo más flexible.

Pese al recorte del dividendo, Telefónica ha querido mantener estabilidad en la retribución de 2025, enviando una señal de confianza a los inversores y mostrando que su prioridad sigue siendo equilibrar la rentabilidad con la solidez del balance. La empresa defiende que este periodo de ajuste servirá para reducir el apalancamiento, mejorar la generación de caja y situar al grupo en una posición más competitiva frente a los nuevos retos tecnológicos y financieros del sector.

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