La profunda crisis económica ha mermado no solo la capacidad de compra de los consumidores, sino también la forma en que se concibe y afronta el consumo. El cambio de mentalidad se hace patente cada vez que llega el momento de hacer una compra: la cautela con el presupuesto se impone, al igual que la información previa sobre el producto o servicio que se va a adquirir.
Las principales asociaciones de distribución y fabricantes, como Anged o Aecoc, coinciden en que los hábitos han mutado con respecto a hace solo una década.
Se compra por Internet; se gasta menos dinero
Las familias, de tamaño más reducido, se guían menos por impulsos... Un nuevo escenario en el que, por fuerza, el sector del retail tiene que sentirse cómodo de nuevo para no desaparecer."Es evidente que el formato de distribución tal y como lo hemos conocido se ha ido para siempre y que las empresas que quieran quedarse se deberán adaptar o morir", indica Eduardo García Gómez, consultor Estratégico y docente en MSMK - Madrid School of Marketing.