El Ejecutivo europeo ha acordado un plan de actuación basado en cuatro pilares básicos: una limitación de los ingresos de los productores de electricidad con bajos coste de producción (renovables) y la implantación de un impuesto dirigido a las productoras fósiles; una intervención urgente del mercado que incluirá un límite al precio del gas ruso; una reducción del consumo obligatoria y la implantación de medidas que garanticen la liquidez de las empresas y el bienestar de la ciudadanía. Muchas de estas medidas estan inspiradas en las asumidas en España.

Jozef Síkela, ministro de Energía checo, ha asegurado que la Unión Europea se muestra unida frente a la invasión de Putin y ha acordado llenar los depósitos de gas mucho más rápido que en el pasado, hasta llegar al 83%. Además, ha celebrado la dotación de un mecanismo de reducción de la demanda de gas y un mecanismo de solidaridad para "garantizar un invierno seguro” en toda la unión. "Sabemos perfectamente cual es la vía que queremos afrontar. El nivel de precios es el mayor problema para la población y para la competitividad de las empresas, además genera crispación social", ha concluido. 

Cuatro pilares

 En primer lugar, se acometerá una limitación de los ingresos de los productores de electricidad con bajos coste de producción (renovables) y la implantación de un impuesto dirigido a las productoras fósiles (gas, petróleo y carbón), lo que aliviará los precios de la electricidad y beneficiará a familias y empresas.

En segundo lugar, la comisaria europea, Kadri Simson, ha expuesto que se realizará una intervención urgente del mercado que incluirá un límite al precio del gas ruso, pero que, por el momento, no se extenderá al resto de importaciones por miedo a provocar problemas de suministro y porque Rusia es el único país que “está modificando sus exportaciones de manera artificial”. No obstante, los ministros han pedido también analizar un tope al precio de las importaciones de gas procedentes del resto de países, incluidas las de gas natural licuado.

“Pondremos un tope a las fuentes renovables que tiene coste en la producción, pero no tiene sentido poner un tope a las fuentes que generan poco carbono y a cambio aumentar los combustibles fósiles”, ha asegurado la comisaria, que ha reiterado el compromiso con el cambio climático. Es por ello que se ha asumirá también un impuesto de solidaridad sobre los beneficios inesperados de empresas energéticas fósiles para ayudar a los ciudadanos e industrias.

En línea con la importación, la comisaria ha anunciado que desde la Unión Europeo se están estudiando y analizando las posibilidades de encontrar nuevos distribuidores o de aumentar la adquisición a algunos que ya lo son. De hecho, ha comunicado que aumentará el trabajo de las plataformas de energía para negociar un precio del gas mejor y que visitará Argelia.

En tercer lugar, Bruselas ha expuesto también la necesidad de “reducir el consumo de forma inteligente y generalizada en todos los países de la UE”. Se apunta desde el Ejecutivo que las horas puntas son aquellas que encarecen en mayor medida la electricidad y que el objetivo es aplanar la curva de consumo. Esto, según ha anunciado Simson, será un “objetivo obligatorio”, pero se tendrán en cuenta las variedades climáticas.

Por último, se establecerán medidas que aborden los problemas de liquidez de las productoras energéticas. Para ello, se trabajará junto con los reguladores bancarios y encargados de los valores para tener un marco temporal de ayuda para resolver el problema de la liquidez. La comisión ha transmitido su disposición a hacer un informe complementario.

El Ejecutivo ha dejado claro que lo recaudado por los impuestos deberá destinarse a tecnologías inteligentes que produzcan electricidad y reduzcan la dependencia del gas ruso y a abaratar las facturas de la luz de las familias y las empresas.