BBVA Research ha publicado este lunes el Observatorio Regional correspondiente al último trimestre del año. El informe prevé un menor crecimiento regional provocado por la desaceleración del gasto de los hogares, el freno de las exportaciones de servicios turísticos y el menor impulso de la demanda europea.

Sin embargo, el crecimiento varía según la comunidad autónoma. Según el organismo, la actividad de las comunidades insulares, especialmente Canarias, así como del centro y norte peninsulares, se estaría viendo más afectada en este último trimestre.

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Por el contrario, el turismo nacional ha sostenido el crecimiento de las regiones mediterráneas y de Madrid. En concreto, la Comunidad de Madrid aparece a la cabeza del crecimiento a lo largo del año, con un 2,6% más que el año pasado, seguida de Castilla-La Mancha y Navarra.

En cuanto a las previsiones de 2020, el Servicio de Estudios de BBVA indica que Madrid, Navarra, Castilla-La Mancha, Cantabria y País Vasco podrían crecer por encima del 1,6% esperado para España. En el lado opuesto, Canarias y Baleares serán las regiones menos dinámicas, mientras que el noroeste volverá a crecer por debajo de la media.

Desaceleración del consumo doméstico

La desaceleración del gasto de los hogares supone una debilidad mayor que la prevista en la demanda interna. Sin embargo, esta no presenta la misma intensidad en todas las regiones, siendo muy acentuada en Cantabria, el centro peninsular, las comunidades insulares y La Rioja, en las que el gasto incluso se contrae en lo que va de año, según el informe.

Por el contrario, el consumo en las comunidades mediterráneas del sureste y algunas del norte mantiene su dinamismo, e incluso se acelera respecto al año pasado en Murcia y Galicia. El mejor comportamiento del consumo en estas regiones se debe a la evolución favorable del turismo nacional, que funciona como soporte de la actividad.

Además, esto permite mantener crecimientos del empleo aún elevados, frente a la pérdida de tracción del mercado laboral que se observa en Canarias, La Rioja y el centro peninsular.

La menor demanda europea condiciona el crecimiento del norte y de las islas

La desaceleración de la demanda externa también estaría afectando al crecimiento de las exportaciones, lo que impide la mejora del sector industrial. Así, las exportaciones se reducen en Cantabria, La Rioja, Castilla y León y el País Vasco mientras que en Navarra, Extremadura, Madrid y la Comunidad Valenciana la producción industrial estaría reflejando el buen pulso de la venta de bienes.

Por otro lado, la menor demanda europea y la recuperación de destinos mediterráneos, que habían cedido visitantes por tensiones geopolíticas, explican la ralentización del turismo exterior en los principales destinos españoles y, en particular, en las islas. Esto se traslada a un crecimiento promedio trimestral nulo del gasto de no residentes para el conjunto de España.

Para 2020 se prevé un contexto en el que la demanda de los principales socios comerciales de España continuará débil. Así, las comunidades del sur y algunas del norte se encuentran mejor posicionadas para afrontar los posibles riesgos del sector exterior como consecuencia de la ventaja competitiva que han acumulado en los últimos ocho años.

Incertidumbre interna y externa

En el escenario global, el Brexit representa uno de los riesgos más evidentes. Las comunidades que podrían verse más afectadas son Baleares y Canarias, donde el gasto de turistas británicos supone algo más del 10% del PIB regional, y Murcia y Galicia, en las que las exportaciones de bienes a Reino Unido superan el 2% del PIB regional.

Además, hay que añadir el aumento de las tensiones comerciales, que también condiciona la evolución del sector exportador. En conjunto, los productos que se exportan afectados por la guerra comercial entre Estados Unidos, China y la Unión Europea suponen ya más del 20% del PIB regional en Navarra y Castilla y León.

La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos en algunos productos hace que también las comunidades autónomas con exportaciones más volcadas hacia productos alimenticios como el vino o el aceite de oliva puedan verse afectadas por esta incertidumbre.

A nivel interno los principales factores de riesgo son el retraso en la toma de decisiones que afectan a las reformas necesarias para garantizar un crecimiento más inclusivo y estable, y la inestabilidad política, junto con el reciente aumento de la tensión en Cataluña.