Desde hace varias semanas, subdirectores y secretarios provinciales del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) -organismo encargado de reconocer las pensiones y las bajas laborales- están manteniendo paros parciales ante una situación que ellos califican de “colapso” en este organismo.
Y es cierto que en el INSS llevamos unos años muy complicados. A la asunción de nuevas prestaciones, como el Ingreso Mínimo Vital (en 2020) o el notable incremento de solicitudes derivadas de la jubilación de los boomers, hay que sumarle el envejecimiento acelerado de la plantilla (casi el 30% de los 12.600 empleados en este organismo es mayor de 60 años) y la falta estable y continua de relevo generacional. Esta situación está disparando la carga de trabajo en el personal hasta límites inapropiados para prestar un servicio público de calidad.
Veréis, se tarda muchísimo en resolver un expediente de Ingreso Mínimo Vital -cuando parte del proceso está automatizado- incumpliendo los plazos administrativos establecidos por ley, la modificaciones y reclamaciones de expediente… ni os digo, las altas de pensiones de jubilación no están sufriendo tanto retraso porque se trasladan expedientes de unas provincias a otras, las reclamaciones de los interesados contra resoluciones recibidas se resuelven al cabo de muchos meses de demora y los refuerzos que llegan a las plantillas a menudo son de interinos que están de paso.
Lógicamente, todo esto está provocando un enorme atasco en la tramitación y resolución de expedientes.
En los últimos años, el personal de las oficinas de atención al público de la Seguridad Social estamos sobrepasados, sin poder dar muchas veces una explicación coherente o convincente a estos retrasos y sufriendo las embestidas justificadas de los afectados.
Esta situación, que se ha agravado con el paso de los años, ha llevado a este colectivo a desarrollar una huelga parcial de dos horas dos días a la semana.
Lo que me llama la atención es que estas movilizaciones se están lleva a cabo sin respaldo de los sindicatos ni apoyos de otras asociaciones profesionales. Es más, creo que, si estas son sus reivindicaciones, deberíamos secundarla todo el personal del INSS.
Alfonso Muñoz Cuenca
Funcionario del Instituto Nacional de la Seguridad Social