El Partido Popular apoyará la última reforma de pensiones planteada por el Gobierno. Lo hará, eso sí, con matices. Lo ha confirmado el presidente de la formación, Alberto Núñez Feijóo. En su intervención durante un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, el jefe de la oposición ha hecho pública la postura de la formación conservadora con respecto a la normativa que aprobó el Ejecutivo de coalición a finales de 2024 y que es fruto de un acuerdo entre la patronal con los sindicatos. Un respaldo que garantiza su aprobación, aunque llega con matices, habida cuenta de las quejas del líder de los populares por la tramitación: “No me gustó cómo se hizo”.

La reforma de las pensiones estaba en el aire. Los socios de la coalición exhibieron su rechazo a la iniciativa planteada por el Gobierno y hacía peligrar la normativa. Ni Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ni EH Bildu, ni BNG ni Podemos la bendijeron y estaba abocada al fracaso. Al menos hasta ahora, pues Alberto Núñez Feijóo ha confirmado que sí la respaldará en el Congreso de los Diputados: “Hay aquí muchos diputados, no sé si ha habido reunión de grupo, y que venga yo a decir qué vamos a votar 136 me parece inadecuado. Yo sí sé lo que va a votar el diputado 137, que soy yo, y espero convencer al grupo”.

Así se ha manifestado el jefe de los conservadores durante el desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el hotel Four Seasons de Madrid este lunes. El líder de la oposición, pese a brindar al Gobierno el apoyo necesario para convalidar la norma, ha expresado sus matices con respecto a su tramitación. Y es que a Feijóo no le gustó “cómo se hizo” en sus orígenes. Sin embargo, este punto negro parece salvable para el líder del Partido Popular, que ha manifestado su concordancia con el “contenido y el fondo” de la reforma planteada por el Gobierno. “No estamos de acuerdo en el cómo se hizo, pero sí en el contenido”, precisaba al tiempo que recordaba que parte de un acuerdo entre la patronal y los sindicatos.

Sólo pensiones

No obstante, aunque consideran que “esos acuerdos “deben llevarse al Congreso y negociarse entre los diversos grupos parlamentarios, entienden que el visto bueno de los agentes sociales es “un aval suficiente” para que el Partido Popular se posicione “a favor de ese decreto”. “Es necesario reunir al grupo y formar la posición definitiva”, ha agregado el jefe de la oposición a una semana vista de que el decreto se debata en el Hemiciclo. No obstante, esta sintonía no es extrapolable a otras materias, despejando la posibilidad de un acuerdo de Estado por la Vivienda con el Gobierno, máxime tras el registro de la “Ley Begoña” -alusión a la proposición de ley presentada por el PSOE en el Congreso para limitar la acusación popular”-.

Y es que a pesar de que populares y socialistas han hecho públicas sus recetas en materia de vivienda, Feijóo ha amortiguado la vía de un acuerdo de Estado en este sentido. Un sendero que complica, según ha advertido, el registro de lo que catalogan como “ley Begoña”. En Génova creen que Sánchez busca la “impunidad” de su entorno, tanto de su esposa como de su hermano, David. Una roca en el camino que por el momento no están por la labor de retirar.

Cambios en la jubilación

En cualquier caso, sin visos de convergencia en Vivienda, el respaldo de los populares permitirá que la reforma siga su curso para afrontar el desafío que supone para el sistema la jubilación de la generación del baby boom. Para ello, contempla una batería de medidas para incentivar a más trabajadores para que prolonguen su vida laboral, por lo que se compatibilizarían la jubilación activa. De esta manera, el empleado puede seguir en su puesto de trabajo y cobrar parte de su pensión.

Quien se acoja a esta tipología podría seguir incrementando un 4% anual su pensión, como ocurre hasta la fecha. Sin embargo, la reforma incluye una mejora y es que a partir del segundo año de demora, el complemento económico se computará semestralmente. Es decir, un 2% cada mes. De tal modo que los incentivos podrían compatibilizarse con el sueldo y el cobro de una parte de la pensión.

Línea similar en la que se mueven los cambios en la jubilación parcial; una modalidad en la que el empleado reduce la jornada sin que su pensión mengüe al llegar la edad de la misma. El acceso a esta modalidad podría adelantarse tres años, por los dos que figuran hasta ahora. En el primero de ellos, sólo podría reducirse entre un 20% y un 33%; mientras que a partir del segundo ascendería entre el 25% y el 75%. Por su parte, para ocupar el hueco que deja el jubilado parcial, el trabajador relevista debería tener un contrato indefinido y a jornada completa.