Un mundo más interconectado. Un planeta más pequeño donde se recorren grandes distancias en pocas horas. Un mundo en el que podemos consumir productos de cualquier país. Un mundo que parece mejor. Pero que en realidad no lo es. Porque este proceso está extendiendo la polución hasta el último rincón de la Tierra.

Polución de Europa a Asia y vuelta

Un estudio recientemente publicado por Nature pone la señal de alarma sobre el fenómeno. Antes, la polución se extendía a áreas cercanas a donde se generaba. Ahora, las extensas y muy transitadas redes de tráfico comercial están propagando la contaminación. De esta manera, la contaminación que se genera por la producción de bienes en Europa acaba repercutiendo en Asia. Y viceversa. El estudio, realizado por un extenso grupo de expertos, ha introducido variables de mortalidad producida por la exposición a partículas propias de las emisiones contaminantes (PM2,5). La mayoría de estas partículas extraordinariamente tóxicas se producen por la combustión en motores diésel.

Partículas PM2,5

Según el estudio, de los 3,45 millones de muertes en todo el mundo achacables a las partículas PM2,5 en 2007, el 12% están relacionas con partículas generadas en una parte del mundo pero transportadas a otro. El 22% estarían relacionadas con bienes y servicios producidos en un lugar del planeta y consumidos en otro. Por ejemplo, las partículas generadas en China en 2007 están asociadas a más de 3.100 muertes prematuras en el oeste de Europa y en Estados Unidos. Pero, como ocurre con el tráfico comercial, la polución también va y viene. Porque al menos 108.000 muertes prematuras en China puede relacionarse con partículas emitidas en Europa Occidental y Estados Unidos. El estudio concluye que los impactos en la salud global son más graves por el transporte de partículas que por el impacto de las emisiones creadas por los transportes de largas distancia.