Iberdrola ha dado un nuevo golpe de efecto en su estrategia internacional con la presentación de “Noronha Verde”, un proyecto destinado a revolucionar el modelo energético del archipiélago brasileño Fernando de Noronha. El presidente del grupo, Ignacio Galán, encabezó el acto junto al ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, en una puesta de largo que reunió también a la gobernadora de Pernambuco, Raquel Lyra, al ministro de Defensa, José Múrcio, y al consejero delegado de Neoenergia, Eduardo Capelastegui.
La iniciativa, señalada por el Gobierno brasileño como uno de sus grandes hitos de la Cumbre del Clima COP30 - que estos días se celebra en Belém, en el estado de Pará -, aspira a transformar este enclave declarado Patrimonio de la Humanidad en la primera isla oceánica habitada de América Latina con un sistema energético altamente sostenible. El objetivo es sustituir por completo la generación actual, basada en biodiésel, por un modelo que combine la producción solar con sistemas avanzados de almacenamiento.
El proyecto contempla una inversión de 350 millones de reales (más de 50 millones de euros). Con esos fondos ya ha comenzado la construcción de una planta fotovoltaica formada por más de 30.000 paneles y una capacidad de 22 MWp. Esta instalación se integrará con un sistema de baterías capaz de almacenar 49 MWh, lo que permitirá estabilizar el suministro y cubrir las necesidades energéticas de la isla en sus picos de demanda. Hasta ahora, la central Tubarão, que funciona con biodiésel, era la única fuente de abastecimiento eléctrico.
“Noronha Verde” forma parte del programa Mais por Noronha, desarrollado por Neoenergia - filial brasileña de Iberdrola y mayor eléctrica del país por número de clientes - en colaboración con el Ministerio de Minas y Energía y el gobierno de Pernambuco. El plan no se limita a la generación renovable, sino que persigue una transformación global del sistema energético insular mediante redes inteligentes, movilidad eléctrica, innovación tecnológica y microgeneración distribuida. La primera fase se prevé que esté en funcionamiento en abril de 2026 y la segunda un año más tarde.
La presentación del proyecto coincidió con otro hito relevante: la inauguración de la primera planta solar flotante del archipiélago. Situada en el embalse de Xaréu, cuenta con 622 kWp de potencia y producirá unos 1.083 MWh anuales, lo que permitirá evitar la emisión de 717 toneladas de CO₂ cada año.
Durante el evento, Ignacio Galán subrayó que este proyecto constituye “el mejor ejemplo del compromiso de Neoenergia e Iberdrola con el futuro de Brasil”, un país en el que el grupo opera desde hace casi tres décadas y donde planea invertir más de 7.000 millones de euros en los próximos cinco años. Estas inversiones se sumarán a los más de 15.000 millones de euros que Iberdrola ya ha destinado a infraestructuras de generación, transporte y distribución en territorio brasileño.
El presidente de la compañía destacó que la transformación energética de Fernando de Noronha “marca un antes y un después” para sus habitantes y sitúa al archipiélago como una referencia mundial en autosuficiencia, eficiencia y cuidado del medio ambiente. En su intervención, defendió que el proyecto simboliza el liderazgo de Iberdrola en la electrificación mediante energías limpias, una vía que, a su juicio, permite avanzar simultáneamente en la descarbonización, la seguridad de suministro y la competitividad económica.
Galán trasladó este mismo mensaje durante su intervención en la COP30, en un panel sobre transición energética que compartió con el secretario general de la ONU, el presidente de Brasil, la presidenta de la Comisión Europea y el director de la Agencia Internacional de la Energía, entre otros líderes internacionales. Alertó de que, aunque las inversiones en renovables avanzan, el mundo necesita reforzar de forma urgente la capacidad de almacenamiento y las redes eléctricas para sostener un crecimiento de la demanda que podría aumentar un 50% en la próxima década.
El presidente de Iberdrola insistió en que la sostenibilidad económica y la medioambiental son plenamente compatibles, y señaló que la trayectoria del grupo lo demuestra: 175.000 millones de euros invertidos en los últimos 25 años para extender las energías renovables, modernizar redes y desarrollar sistemas de almacenamiento. Estas inversiones, según defendió, han reforzado la autonomía estratégica, la seguridad de suministro y la competitividad, además de contribuir al desarrollo social.
Galán cerró su intervención con un llamamiento a la cooperación entre empresas y administraciones para acelerar la transición ecológica. Afirmó que solo mediante alianzas estables será posible avanzar en la acción climática y cumplir con el espíritu que guía la COP30: menos promesas y más acción.
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