Iberdrola, la primera utility de Europa por capitalización bursátil, ha presentado durante esta mañana su Capital Markets Day en Londres, que marca un cambio profundo en el perfil de la compañía, con una cifra de inversiones de 58.000 millones de euros para impulsar la electrificación de la economía y las nuevas necesidades de las redes eléctricas en su nuevo periodo 2025-2028. La hoja de ruta apuesta por consolidar a la empresa como un gigante más regulado, estable y predecible, con el foco puesto en dos mercados clave: Reino Unido y Estados Unidos. Además, Iberdrola ha subrayado su compromiso con España, donde es la empresa del Ibex que más invierte y la compañía industrial que más impuestos paga en el país.
Estas inversiones suponen un 30 % más que en el ciclo anterior (2021-2024) y, de dicha cantidad, el 85 % irá destinado a países con rating A, dotados de marcos regulatorios estables, predecibles y atractivos. Esto permitirá impulsar el crecimiento con más estabilidad, previsibilidad, rentabilidad y seguridad.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, aseguró el principal objetivo en el plan estratégico 2025-2028: “Vamos a invertir 58.000 millones hasta 2028, de los que dos terceras partes irán destinados a redes de transporte y distribución, fundamentalmente en el Reino Unido y los Estados Unidos”.
Reino Unido y Estados Unidos: protagonistas en el foco inversor
El 65 % de las inversiones se concentrará en Reino Unido y Estados Unidos, que se consolidan como los principales mercados de la compañía. Reino Unido será el gran destino inversor, con 20.000 millones de euros, seguido de Estados Unidos con 16.000 millones. La Península Ibérica recibirá 9.000 millones, Brasil 7.000 millones y otros países de la UE junto con Australia sumarán 5.000 millones.
El esfuerzo inversor se traducirá en resultados sólidos. Iberdrola prevé que su beneficio operativo bruto (EBITDA) alcance los 18.000 millones en 2028, lo que supone un aumento de 3.000 millones frente a 2024. La clave será el peso de las redes, que aportarán el 55 % del resultado operativo bruto. Además, si se suma la generación con contratos cerrados a largo plazo, el 75 % del EBITDA no dependerá de los precios energéticos para 2028. Asimismo, en términos de beneficio neto, la compañía espera alcanzar 7.600 millones de euros en 2028, lo que supone 2.000 millones más que en la actualidad.
En concreto, la eléctrica destinará 37.000 millones a redes eléctricas para aumentar la Base de Activos Regulados hasta los 70.000 millones de euros. Solo en distribución invertirá 25.000 millones, con el objetivo de alcanzar una base de activos de 50.000 millones en 2028, el doble que en 2020. En transporte, la inversión será de 12.000 millones (el 95 % en Reino Unido y EE. UU.), lo que permitirá que esta área alcance los 20.000 millones en activos en 2028. De hecho, el plan se apoya en marcos regulatorios cerrados o en negociación avanzada, con una rentabilidad media (ROE) del 9,5 %.
“Este plan pretende transformar el perfil de Iberdrola hacia una empresa más regulada, con las redes como motor de crecimiento", explicó Galán. Esto permitirá elevar la base de activos regulados hasta 70.000 millones de euros en 2028: 50.000 millones corresponderán a distribución y 20.000 millones a transporte al final del periodo.
Iberdrola destinará también 21.000 millones de inversión a renovables y clientes, de los que el 75 % corresponden a proyectos ya en construcción. Esta diversificación permitirá a la compañía avanzar hacia un mix energético más limpio y equilibrado, con un 38 % a eólica marina, un 24 % a eólica terrestre, un 10 % a solar fotovoltaica y otro 10 % a almacenamiento.
El compromiso con el accionista también está garantizado: cerca de 20.000 millones en dividendos se repartirán entre 2025 y 2028 y se destinará a dividendos entre el 65 % y el 75 % del beneficio por acción, con un mínimo de 0,64 euros por acción.
Perspectivas económicas seguras
Todo este Plan estratégico se articula sobre una sólida posición financiera, que permite a la compañía mantener los niveles de rating de crédito en BBB+. Esto es posible gracias a la amplia diversificación de las fuentes de financiación y del negocio, a una estructura financiera robusta —con un 73 % de la deuda a tipo fijo y largo plazo— y a una gestión activa de la liquidez.
Además, la compañía, que ya ha ejecutado una ampliación de capital de 5.000 millones de euros, contempla un programa de rotación de activos y alianzas por 13.000 millones, de los cuales un 75 % ya está materializado. Como resultado de todo ello, Iberdrola prevé generar 52.000 millones de euros de flujo de caja en el periodo, impulsado por las nuevas inversiones.
Estos logros permitirán a la compañía cumplir con su compromiso de incrementar la remuneración a sus accionistas en línea con la evolución de los resultados y distribuir cerca de 20.000 millones de euros en dividendos entre 2025 y 2028. De esta forma, Iberdrola destinará entre el 65 % y el 75 % del beneficio a retribuir a sus accionistas (payout). Además, el grupo establece un suelo del dividendo de 0,64 euros para este periodo, dentro del programa Iberdrola Retribución Flexible, que incluye la recompra de títulos.
El presidente también ha reafirmado las previsiones para 2031, apoyadas en un crecimiento predecible y en la aceleración de la electrificación. Iberdrola contempla inversiones superiores a 45.000 millones de euros entre 2029 y 2031, con el objetivo de seguir incrementando los resultados en al menos un dígito medio/alto, manteniendo al mismo tiempo la solidez financiera y un dividendo en expansión. Asimismo, el foco seguirá puesto en países con rating A, principalmente Reino Unido y Estados Unidos.
De esos 45.000 millones, la compañía destinará 30.000 millones a redes, lo que le permitirá situar su base de activos en más de 90.000 millones en 2031.
Impacto social y económico
Más allá de las cifras, el Plan Estratégico de Iberdrola tiene como prioridad avanzar de la mano con la sociedad, a través de su dividendo social. Se crearán 15.000 nuevos puestos de trabajo a nivel mundial en los próximos cuatro años y se realizarán compras a proveedores por más de 65.000 millones, lo que ayudará a sostener medio millón de empleos en la cadena de valor.
La contribución fiscal superará los 40.000 millones de euros y se destinarán más de 1.600 millones a I+D+i. En línea con su apuesta por la sostenibilidad, Iberdrola se compromete a ser neutra en emisiones de CO₂ en 2030.
“En este período, incorporaremos a más de 15.000 personas a nuestra plantilla, realizaremos compras por más de 65.000 millones a miles de proveedores —sosteniendo 500.000 puestos de trabajo—, nuestra contribución fiscal superará los 40.000 millones e invertiremos 1.600 millones en I+D+i, alcanzando además la neutralidad en emisiones en 2030”, destacó Galán durante el encuentro.