El consorcio vasco liderado por Sidenor, presidido por José Antonio Jainaga, y en el que participan el Gobierno vasco y las fundaciones bancarias BBK y Vital, ha alcanzado finalmente un acuerdo con Pegaso para adquirir su 29,76 % de participación en Talgo por un importe total de 156,7 millones de euros. Como consecuencia de esta operación, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se vio en la obligación de suspender de forma cautelar e inmediata la cotización en Bolsa de Talgo hasta las 12:30 horas de este mismo viernes.
El contrato suscrito está sujeto al cumplimiento de ciertas condiciones suspensivas que deberán satisfacerse antes del 31 de enero de 2026, entre ellas la suscripción, por parte de Patentes Talgo, de determinadas entidades financieras y de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce), de acuerdos de financiación e instrumentos de cobertura, además de otros requisitos habituales en este tipo de operaciones.
Los miembros del consorcio adquirirán en conjunto un total de 36.864.848 acciones de Talgo, representativas del 29,76% de su capital social actual y del 29,99% de los derechos de voto, una vez descontada la autocartera de la compañía existente a esta fecha.
De ellas, Pegaso venderá 33.856.141 acciones de Talgo, mientras que los restantes vendedores transferirán las 3.008.707 acciones restantes, que serán adquiridas por los miembros del consorcio en las proporciones acordadas.
Talgo redefine su futuro industrial y trasladará su sede social a Euskadi
Es importante subrayar que, en paralelo a esta negociación, el fabricante lleva meses trabajando en la búsqueda de alternativas logísticas que le permitan dar respuesta a sus necesidades de capacidad industrial a futuro. Esto se debe a que, al cierre del primer trimestre, la cartera de pedidos del grupo alcanzó casi 5.000 millones de euros, con la producción concentrada principalmente en sus plantas de Las Matas (Madrid) y Rivabellosa (Álava).
Sin embargo, tal y como se explicó desde la compañía dirigida por MWEEXC en una reciente reunión con inversores, la fórmula de crecimiento industrial no va encaminada a levantar nuevas fábricas, debido a la inversión necesaria y, entre otras cosas, al tiempo que requiere.
Con esta operación, Talgo culmina un largo proceso de renovación que comenzó con el fallido interés del grupo húngaro Ganz-Mavag, vetado por el Gobierno por motivos de seguridad nacional. Tras el intento frustrado de la checa Škoda Transportation, cuya oferta no prosperó, la compañía inicia ahora una nueva etapa de la mano del consorcio vasco liderado por Sidenor, que contempla además el traslado de la sede social a Euskadi, una condición impulsada por el Ejecutivo vasco para respaldar el proyecto.
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