Bankia está a punto de cerrar el traspaso de su tercera gran cartera de activos inmobiliarios problemáticos en 2019, tras sacar al mercado el llamado Proyecto Jarama, con el que quiere vender 3.000 pisos valorados en 500 millones, según publica hoy El Confidencial.

Esta operación entra dentro de la estrategia del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri para sanear los balances de la entidad semipública deshaciéndose de los llamados activos improductivos (NPA en sus siglas en inglés).  KPMG, uno de los asesores en los que Bankia se está apoyando más este año para acelerar la digestión de activos problemáticos, estaría asesorando en la operación. Ahora se esperan ofertas por esta cartera, que no está exenta de problemas, ya que más de la mitad de los activos todavía no están en manos del banco aún. Hay sentencias de los juzgados para adjudicar el inmueble a cambio de la deuda, pero Bankia no tiene aún las escrituras y las llaves, lo que puede llevar varios meses.

Este ritmo de saneamiento de NPA es ligeramente superior al previsto en el plan estratégico de Bankia, en el que aspira a reducir sus activos problemáticos a 8.400 millones de euros. En 2017 tenía 17.200 millones acumulados por la fusión con BMN. El plan fija un ritmo de reducción de NPA de 2.900 millones anuales.