Santiago González, columnista y bloguero de El Mundo próximo a Mayor Oreja, no es nuevo en las lides de denunciar totalitarismos y violencia por todas partes. Ya intentó comparar comparar una viñeta de Forges en El País con marcar objetivos a ETA. Ahora ha intentado desde su blog echar una manos a María Dolores de Cospedal y su denuncia de que los escraches de la PAH eran "nazismo puro". Eso sí, primero marca distancias con la secretaria general del PP, diciendo que no es "mi más admirada heroína en el uso de la palabra, para que vamos a engañarnos".

No le apasiona Cospedal, pero la defiende obstinadamente
Sin embargo, lamenta que la dirigente popular "toda esta semana ha sido agriamente criticada por casi todo el mundo a propósito de una metáfora con la que quiso condenar esa forma de acoso a los diputados de su partido" y a continuación recoge una serie de noticias donde se acusa a Cospedal de banalizar el nazismo.

González admite que los nazis estaban en el poder y en este caso quienes lo ostentan están gobernando, como es el caso de las presuntas víctimas populares, sin embargo mantiene que "las acusaciones de banalizar el holocausto son intelectualmente débiles por algo que es sólo una metáfora, aunque sea impropia" y acaba dando la razón a Cospedal. "Los acosos nazis con los que tal vez pretende comparar Cospedal los acosos de la PAH, se inventaron bastantes años antes de que empezara el holocausto", insiste.

El origen del mal...
El periodista de El Mundo expone una cronología en la que presenta como inexorable el inicio del acoso nazi con la violencia totalitaria que desplegaron finalmente, y advierte: "El 23 de marzo de 1933 [cuando los nazis sacan adelante una ley acosando a otros grupos parlamentarios] nadie sabía lo que significaba ‘Holocausto’, ni ‘Solución Final’, ni Auschwitz, ni Ravensbrück. [...] Faltaban aún casi seis años para la noche de los cristales rotos y los propios nazis no pensaban aún en cámaras de gas ni hornos crematorios para los judíos. La represión la aplicaban contra sus enemigos políticos fundamentalmente. Pero ya practicaron el acoso contra una parte de los diputados del Reichtag para obligarles a cambiar su voto".

¿Insinúa González que si el PP hubiera aceptado una modificación legislativa en contra de los abusos de la ley hipotecaria, como reclamaba la PAH, habría sido el primer paso para asistir en el futuro no a prácticas más democráticas -la ILP defendida por la plataforma de Ada Colau contaba con más de un millón de firmas- sino a una deriva totalitaria?