De las negociaciones que durante estos últimos cuatro meses han llevado a Pablo Iglesias a encerrarse en despachos con miembros de otras formaciones políticas poco sabemos. Es cierto que después de cada encuentro, Podemos ha desglosado lo allí hablado en diferentes ruedas de prensa, un método que ha usado hasta para lanzar mensajes a sus rivales o para ofrecerse como vicepresidente.

Es cierto que sabemos el resultados de dichas negociaciones: ninguno. Pero también lo es que no hemos podido descubrir cómo es Iglesias a la hora de negociar, cómo se comporta o qué tonos usa. Hasta Ahora. Ha tenido que llegar Pedro Aznar, un humorista de Los 40 Principales para descubrimos que Iglesias es un duro negociador que no deja entrar a extraños a su casa “porque mi madre no me deja”.

Para descubrir esto y algunas cosas más, el humorista ha tenido que insistir e insistir, hasta ‘quemarle’ el telefonillo.