La última sesión plenaria de 2024 en Castilla y León ha concluido con traca final, confusión, indignación, protestas, carcajadas, imposición de una mayoría minoritaria, reproches generalizados en el hemiciclo y la aprobación de una propuesta del Partido Popular con solo 31 votos a favor —los de los procuradores del PP— y 35 en contra, del resto de los presentes, en medio de las surrealistas contradicciones del presidente de la Cámara, el ultraderechista Carlos Pollán, que tan pronto decretaba la votación secreta como señalaba, a renglón seguido, que siendo secreta debería de haber sido a mano alzada.
Se votaba la designación de la terna por parte de las Cortes para cubrir una plaza de magistrado de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León para la que se votaba una única propuesta, la del Partido Popular, que presentaba a los juristas Isabel Durán Seco, Luis Gonzaga Serrano de Toledo y Germán Carreño Álvarez.
Pero, ¿cuál debe ser la mayoría?
Antes de que se procediera a la votación, la procuradora socialista Rosa Rubio consultaba a Pollán cuál debería ser la mayoría que decidiera la votación para que saliera aprobada la terna presentada por el PP —puesto que el letrado del Parlamento había señalado previamente que sería la mayoría simple la que decidiera— y pedía la lectura de las normas de la votación.
Pollán accedió a la lectura y resumió que sería la mayoría de los votos favorables la que determinara el resultado. Pero... insistió la procuradora socialista: “¿mayoría absoluta, cualificada, simple, tres quintos? ¿qué tipo de mayoría se necesita para que salga elegida la terna del Partido Popular?”, a lo que Pollán respondió que la mayoría de los presentes.
Rubio insistió en el argumento. Citó una situación idéntica en la Cámara en 1999, cuando, a pesar de decidirse sobre una única propuesta, el Parlamento no exigió más allá de la mayoría simple de los votos emitidos para considerarla aprobada.
Desde la bancada del PP se protestó que la votación no exigía quorum y finalmente el resultado de la votación fue de 31 votos a favor, los del PP, y 35 en contra, ante la ausencia de los parlamentarios de Vox en el hemiciclo.
A pesar de que los votos favorables eran menos de la mitad más uno de los emitidos —en total 66— y los contrarios más de esa mitad, Pollán declaró aprobada la propuesta señalando que se remitiría la decisión al Consejo General del Poder Judicial.
“Una cacicada sin precedentes” y “una imagen lamentable”
El alboroto en el hemiciclo y la exasperación tras la imposición de Pollán los verbalizó, finalmente, el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, que llamó la atención al presidente de las Cortes sobre sus inmediatas contradicciones acerca de la mayoría necesaria para la aprobación y las condiciones de la votación.
“Lo que usted no puede, señor presidente, es contradecirse a sí mismo en dos ocasiones: acaba de decir que es por mayoría y que la votación es secreta; si es secreta no puede ser a mano alzada, no demos una imagen tan lamentable”, dijo Fernández.
Entre protestas y murmullos de indignación, el presidente de las Cortes enunció entonces que “los 31 votos emitidos hacen que quede aprobada la terna de candidatos presentada por el Grupo Popular”.
En los pasillos del Parlamento autonómico, el secretario general de los socialistas, Luis Tudanca, se refirió al asunto como “una cacicada sin precedentes”.
Tudanca pide una “inmediata rectificación” y responsabilidades a Pollán
“En un momento en el que el Partido Popular está hablando de la intervención de la justicia y permanentemente judicializando la vida política, hoy, de forma unilateral propone una terna y la aprueba de forma manifiestamente ilegal y antidemocrática”, dijo Tudanca.
“Ha decidido que 31 votos son más que 35, que se pueden aprobar las cosas en minoría parlamentaria, ha decidido saltarse las normas y las leyes; no tengo memoria de una cacicada de estas características ni conciencia de que haya pasado nada semejante en ningún parlamento de España”.
En opinión del líder del PSOE, el presidente de las Cortes de Castilla y León está incurriendo en “gravísimas responsabilidades políticas, y veremos también si jurídicas”, recalcó.
“No sé si se perdieron ese episodio de Barrio Sésamo, pero en ninguna democracia del mundo 31 votos son más que 35; no podemos poner en peligro el prestigio del Tribunal Superior de Justicia ni arrastrar los nombres de los profesionales que hoy formaban parte de esta propuesta”.