El PSOE de Madrid cierra su Congreso regional y pone la primera piedra de un proyecto que pretende acabar con Óscar López, el recientemente ratificado secretario general, al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Respaldado por Pedro Sánchez y su renovada guardia pretoriana, en la que figura Pilar Sánchez-Acera como número dos, el también ministro de Transformación Digital y Función Pública ha elevado las metas de un partido que había bajado los brazos ante las mayorías absolutas de Isabel Díaz Ayuso, pero eso no ocurrirá en esta nueva etapa. Al menos así lo ha trasladado durante todo el fin de semana el líder de los socialistas madrileños, que ha dado algunas pinceladas de la que será su pizarra para acabar con la hegemonía del PP desde la unidad, la transversalidad, la “valentía” e inoculando una “ilusión” que había desaparecido.
Presentada la Ejecutiva, y tras una breve intervención tanto de la Mesa como de Paca Sauquillo, nueva presidenta del PSOE-M, Óscar López tomaba la palabra. Ovación cerrada para el nuevo mesías del socialismo madrileño, que busca en esta nueva etapa dar pasos agigantados para ganar Madrid. “Iba de meter el subidón, ¿no?”, arrancaba el secretario general para dar a continuación los tradicionales agradecimientos a los trabajadores del cónclave regional y a la militancia, pero también a los sindicatos presentes. “Debatiendo en los Congresos del PSOE propuestas para la vida de la gente hemos cambiado este país”, prosigue el también ministro, que ya pone el foco en el futuro programa electoral que “llevará al partido a la Puerta del Sol”.
Es precisamente este el mensaje que ha imperado durante todo el fin de semana. Un camino que “inició con el Tamayazo” y que acabará en 2027 “con Óscar López” al frente de la Comunidad de Madrid. Es el objetivo prioritario de este nuevo PSOE-M, que no sólo tendrá que recuperar la hegemonía en su espectro político, sino que deberá descabalgar a Ayuso de la cuadriga de la mayoría absoluta. Es cierto que los esfuerzos no se dividirán para hacer tarea de oposición a Más Madrid, con quien ya han expresado el deseo de colaborar, pues la meta es pasar de ese tercer puesto a la pole position que en 2019 ya consiguió Ángel Gabilondo y que fue desbaratada por las directrices de Albert Rivera desde la nave nodriza de Ciudadanos.
Sánchez, la izquierda valiente
No cabe duda de que tanto este nuevo PSOE, como el resto de federaciones a las que han desembarcado los hombres y mujeres del presidente, contará con un evidente motor Pedro Sánchez. Propulsor que concede a López, en sus propias palabras, un currículum de mejoría social. Así, ha repasado los grandes logros del Ejecutivo al que pertenece -ha descartado abandonar el Ministerio-, como la subida del SMI, la “intervención del mercado eléctrico” con aquel tope al disparatado precio de la energía o la revalorización de las pensiones que, tras el acuerdo con Junts, cristalizarán próximamente.
Una carta de presentación que pretende extrapolar a la Comunidad de Madrid a partir de 2027, toda vez asiente las bases de su proyecto y construya, sobre ellas, un programa electoral que reconecte con ese electorado silente y dormido de áreas hegemónicamente socialistas como el Cinturón Rojo y que, al mismo tiempo, son claves para alcanzar la Puerta del Sol. Este domingo ha incidido sobre este asunto, recordando que desde el Tamayazo (2003), el PSOE ha rozado la victoria en Madrid en 2015 y cosechó el triunfo dos años después. Ambas, por cierto, con Ángel Gabilondo a la cabeza y la primera de ellas, con el propio Óscar López pilotando la nave del exministro de Educación.
Todo ello se consigue desde una izquierda valiente que es la que “gana” y la que, a la postre, usa esas mismas victorias “para mejorar la vida de la gente”. “De la gente corriente, de las mayorías, de los trabajadores y de las clases medias”, acotó el nuevo secretario general de los socialistas madrileños, tras percutir en el homenaje a dos de sus predecesores. Asimismo, reivindicó Madrid como cuna del socialismo, pues fue en la región donde Pablo Iglesias Posse alumbró a una formación que lleva “más de 140 años defendiendo los mismos ideales”.
Frente reaccionario
La tarea que tiene por delante el PSOE-M es compleja. No sólo es sorpassar a Más Madrid como principal partido de la oposición. López no se contenta con eso. Quiere ganar. Quiere acabar con el ayusismo implantado en la región gracias “a la marca blanca del Partido Popular”, en una clara alusión al difunto proyecto de Ciudadanos. Para ello, la receta a seguir es la de la propuesta que acabe conformando un ambicioso programa electoral con vistas a 2027.
Para ello, el secretario general ha reivindicado, como ha hecho durante todo el fin de semana incluso a veces de manera velada con la elección del municipio y del escenario, la política pública frente a la “privatización” de la Puerta del Sol. Ha recordado, por tanto, que la Comunidad de Madrid no aplica la Ley de Vivienda a pesar de ser la región con más problemas en esta materia. Una explicación que, a ojos de López pasa por que las pocas viviendas protegidas construidas en la autonomía o en la ciudad han pasado a manos de fondos buitres como Fidere en su momento o Blackstone, después.
Lo mismo ocurre con la Educación pública; especialmente en torno a los universitarios. En los últimos tiempos, Madrid ha impulsado el desarrollo y construcción de más de 10 centros universitarios privados. Un número excesivo si se compara con el escueto dato de universidades públicas. Por ello, se ha comprometido a destinar el 1% del PIB de la región al fomento de los centros públicos, así como la imposición de una moratoria para frenar la proliferación de universidades de titularidad privada.
Tres derrotas para Ayuso
Al margen de la parcela propositiva, el jefe de los socialistas madrileños no dejó pasar la oportunidad para sacar a colación su ya habitual símil de Alberto Núñez Feijóo con el Coyote y el Correcaminos. “Le ha vuelto a caer la piedra al líder del PP mientras esperaba que su adversario pasara”, ha bromeado López, mientras le ponía fecha de caducidad al líder de la oposición en ese ejercicio de comparación perenne con Pablo Casado.
El taxímetro corre para Feijóo, algo en lo que también ha abundado Sánchez en la clausura, pero ello no es óbice para que se constate el cambio de ciclo en el país. A su parecer, la presidenta madrileña mantiene el pulso con el expresidente de Galicia por el liderazgo del Partido Popular a nivel nacional y cree que le desbancará. Sin embargo, le augura un trío de derrotas que comenzarán por la claudicación ante Moreno Bonilla en el plano orgánico: “No tengo claro dónde va a perder Ayuso, si en Génova, en Sol con nosotros o en Moncloa con Sánchez. Va a perder las tres, porque la izquierda no la soporta y la mitad de la derecha tampoco”.