La víctima ya está siendo asistida por personal facultativo en el Hospital Clínico de Salamanca no sólo de sus lesiones físicas, sino también de sus previsibles daños emocionales, pero su historia se asemeja a cualquier guión de película de terror, atada de pies y manos a una cama durante un mes, golpeada, humillada, vilipendiada y obligada a hacer sus necesidades en un cubo.
No es una serie norteamericana, sino un maltrato machista extremo dado a conocer este lunes por la Subdelegación del Gobierno en Salamanca al que dieron fin agentes de Policía Nacional y Policía Local que detuvieron el sábado pasado a un varón de 29 años como autor de un delito de detención ilegal y malos tratos en ámbito familiar que tenía retenida a su pareja atada de pies y manos a la cama, obligándole a hacer sus necesidades en un cubo en la propia habitación durante un mes y con el conocimiento de su propia madre.
Pedía ayuda a gritos
La detención del individuo y su madre tuvo lugar el pasado sábado, día 10, cuando funcionarios policiales fueron alertados por varios vecinos que referían gritos de auxilio, solicitando ayuda con “sollozos persistentes”, de una mujer procedentes de una vivienda cercana.
Localizada la vivienda, los agentes no escuchan ruidos en el interior ni los llamamientos de auxilio que denunciaban los vecinos, pero continuaron llamando de manera insistente a la vivienda hasta que se abrió la puerta y una mujer les aseguró que estaba allí sola.
El horror, en la buhardilla
Los agentes revisaron el domicilio estancia por estancia hasta encontrar “una pequeña puerta que da acceso a una buhardilla a través de una angosta escalera por la que los funcionarios acceden tomando las debidas precauciones de seguridad”, señala la Subdelegación en Salamanca.
Una vez acceden a la buhardilla, los policías descubren una estancia diáfana de poca altura y poca luminosidad localizando a un hombre sujetando por las muñecas a una mujer a la que tenía inmovilizada.
El parte policial recoge los terribles detalles de la detención de los responsables, pero también de las condiciones en las que se encontraba la mujer secuestrada y maltratada.
Detectan, dicen, “un fuerte olor a orín, aturdimiento, observándose una vez se encuentra en zona iluminada, que ésta presenta múltiples lesiones en muñecas, tobillos, cara y brazos”; y ella misma les cuenta que lleva un mes en ese habitáculo, “atada de pies y manos por su pareja, sin posibilidad de aseo personal continuo, habiendo sido golpeada en ocasiones durante su cautiverio, al tiempo que manifiesta que su pareja le había cortado, además, el pelo”.
Hospital y detención
En vista de las lesiones que presentaba la víctima, la policía procedió a su traslado al servicio de urgencias del Hospital Clínico de Salamanca, donde está siendo asistida por personal facultativo de sus lesiones y su estado de salud.
Los agentes procedieron, asimismo, a la inmediata detención del maltratador y su madre, conocedora y cómplice de la situación, puestos a disposición del juzgado de guardia, que decretó el ingreso en prisión de ambos.