La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, vivió el pasado jueves un bochornoso momento en la sesión plenaria de la Asamblea regional. En un nuevo intento de atacar al Ejecutivo central desde la institución que dirige, la popular implicó a la oposición en la cámara autonómica, algo que se le volvió en contra rápidamente. Una vez más, la protagonista de la intervención de Ayuso fue Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno Pedro Sánchez. La presidenta habló de la cátedra de Gómez en la Complutense.

La líder del PP madrileño contestaba a la intervención anterior, la del portavoz socialista Juan Lobato, quien le reprochó su actuación en la comparecencia de Begoña Gómez en la comisión de investigación en la Asamblea de Madrid, celebrada el día anterior. El contraataque de Ayuso a esta intervención despertó los irónicos aplausos de toda la bancada de la oposición: "Toda la izquierda tiene colonizada la Universidad Complutense de Madrid".

Las risas y aplausos de la izquierda resonaban después de que la presidenta autonómica acusara a la universidad pública de "dar títulos como churros", algo que inevitablemente evocó al recuerdo del 'caso máster' de la antecesora de Ayuso, Cristina Cifuentes. Tratando de elevar su voz por encima de los irónicos vítores, la líder del Ejecutivo madrileño continuó sus acusaciones la izquierda: "Todos ustedes han creado un entramado y un chiringuito de familiares y de negocios". Esto no ha hecho sino avivar el fuego, y Ayuso ha tenido que pedir al presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, que saliese a su rescate.

Ayuso trata sin éxito de imponerse a los aplausos irónicos de la oposición: "Ruego defensa, por favor"

"Pare el tiempo señor presidente. No me puedo defender, no puedo hablar... ruego defensa, por favor", pedía la presidenta mientras los aplausos seguían sonando. Hasta en ocho ocasiones trató de imponerse, pero la reacción ante sus argumentos fue más fuerte que su intento de defenderse. Y es que Ayuso se encuentra en el momento más delicado para hablar de "entramados familiares", sobre todo teniendo en cuenta los casos que la rodean. Desde su hermano, Tomás Díaz Ayuso -acusado de cobrar comisiones por la venta de material sanitario durante la pandemia-, hasta su padre, Leonardo Díaz -beneficiario de un préstamo de 400.000 euros con "trato preferente"-, pasando por su pareja, Alberto González Amador -confeso autor de dos delitos fiscales-.

Esto no impidió a la presidenta continuar con su particular batalla contra el Gobierno de Pedro Sánchez y su entorno: "Mientras un juez está investigando la apropiación indebida de material de la Complutense, lo que no se puede permitir es lo que se está haciendo con el desprestigio de la universidad más importante de España". Ayuso acusó a la izquierda de "tener mucha cara", pero no fue capaz, ni siquiera con la mediación de Ossorio, de contener la reacción a sus irónicos argumentos. De hecho, mientras la presidenta se desesperaba, varios diputados del PP se encaraban amenazantes con miembros de la oposición, con gritos como "¿Te quieres callar? Sí, mírame bien, Padilla (Pablo Padilla, Más Madrid). Aquí, aquí".