Este lunes se desmontaba por completo lo poco que a estas alturas pudiera quedar de creíble por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el caso que compete a su novio, Alberto González Amador, después de que la Justicia abriera juicio oral contra él por cuatro delitos: dos de fraude fiscal, delito contable y un tercero de pertenencia a organización criminal.

Cuando salieron a la luz las primeras informaciones, la lideresa regional arremetió contra la Hacienda pública en lo que sería el inicio de una estrategia que ha ido cambiando desde entonces con el paso de los meses.

Por aquel entonces, la administradora de Sol aseguraba que era su pareja quien estaba “sufriendo” una inspección fiscal “salvaje” que afectaba a cuatro años, cinco si se tiene en cuenta el 2022, el último al que se refirió entonces, con el objetivo de “retrasar los casi 600.000 euros” que le debía la Agencia Tributaria.

“Es una inspección de Hacienda sacada de quicio. Ni más ni menos”, cargaba la política del PP. “Aquí no hay ninguna trama, ni sociedades pantalla, ni nada como se está diciendo”, aseguraba, muy alejada de la realidad, si se atiende a los pasos que ha ido dando la Justicia, muy especialmente el de las últimas horas.

“Que Sánchez se relaje”

En la declaración que se recoge en las presentes líneas, la presidenta de la Comunidad de Madrid también mencionó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que instó a “relajarse”.

En paralelo con la trama Koldo, Ayuso deslizó que se trataba de la “utilización de los poderes del Estado contra un particular”, una estrategia -tanto la de ir contra Sánchez como la de hablar de un particular- para intentar defender a su novio en todo un ejercicio de malabares que fue continuando en el tiempo.

En sus palabras se refirió asimismo al ático valorado en un millón de euros que González Amador adquirió después del los hechos por los que ahora deberá sentarse en el banquillo, habló de sus propiedades y de su familia. Respecto de esto último justificó que su padre murió sin deber nada a nadie, a pesar de que Avalmadrid tiene fijado en 311.000 euros el dinero que la empresa de los Ayuso le debe, y que su padre era comercial, obviando los negocios de la pandemia y las comisiones derivadas de éstos. Y acerca del piso, dijo lo siguiente, con un toque incluso de sorna: “No es un piso de un millón de euros, no es mío y está hipotecado. Cuando Hacienda le pague lo que le debe, igual se lo compra”.

350.910 euros en facturas falsas

El pasado lunes, la jueza del juzgado 19 de Madrid abría juicio oral contra Alberto González Amador por los cuatros delitos anteriormente señalados, subiendo así la petición de condena al empresario en este juicio, que concentra la principal pieza de la causa de investigación. Así las cosas, todavía queda el cierre de la pieza separada por la que se acusa al empresario de corrupción en los negocios.

La decisión llegaba solamente unas horas después de que la magistrada rechazara el recurso de la defensa del investigado que pretendía retrasar la fecha en los juzgados contra su procesamiento al no apreciar “causa para ello”.

Hay que destacar que la Fiscalía solicita en este punto tres años y nueve meses de prisión para el novio de Ayuso por el fraude fiscal de 350.910 euros en facturas falsas entre 2020 y 2021. Con todo, González Amador también está procesado por un presunto delito de falsedad documental.

A finales de febrero, el compañero sentimental de la presidenta se acogió a su derecho a no declarar en sede judicial mientras esperaba la resolución del recurso que por aquel entonces se encontraba pendiente acerca de la pieza separada. Tan solo una semana después, la Audiencia Provincial de Madrid dio luz verde a la investigación de otros presuntos delitos penales distintos, dando así pue a la apertura de una pieza separada de la principal.

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