Acudió a la comisaría para denunciar que unos hombres le habían robado el teléfono, pero la realidad era bien distinta. El suceso ha tenido lugar en la ciudad gallega de Vigo. El denunciante, según pudieron averiguar agentes de la Policía Nacional, pertenecientes al Grupo Operativo de Policía Judicial del Distrito Traviesas, lejos de haber sido víctima de una sustracción, lo que había hecho es entregar el teléfono a otro hombre para que lo vendiera y le diera después el dinero obtenido por él.
A su vez, abrió un parte de siniestro ante la aseguradora del móvil para poder recibir de esta la compensación económica correspondiente. Sin embargo, nada ha salido como pensaba, pues ha acabado siendo detenido.
Cabe recordar que denunciar hechos falsos y tratar de obtener beneficios indebidos constituye un delito. Desde la Policía Nacional advierten de que este tipo de conductas "desvía recursos policiales", pero, además, "puede acarrear graves consecuencias legales para sus autores".
El robo de teléfonos móviles, está a la orden del día, hasta el punto de que, según datos de los cuerpos policiales, cada dos minutos se sustrae un smartphone en nuestro país.
Desde Primera Instancia Abogados, despacho de letrados penalistas en Almería, explican en su página web que desde la última reforma del Código Penal, las faltas han desaparecido como categoría, de manera que solo hay delitos leves y graves. En esta línea, detallan que, tanto la policía, como el Ministerio Fiscal, están obligados a investigar todas las denuncias, lo que puede dar lugar a que se produzcan situaciones como la que ha tenido lugar en esta ciudad pontevedresa.
Asimismo, aclaran que hay diferencias entre una denuncia falsa y una simulación de delito. Mientras la primera está contemplada en el Artículo 277.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEC), la segunda, se menciona en el Artículo 259 y siguientes de esa misma norma. No obstante, ambos delitos pueden coexistir.
Las penas incluyen prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses, pero el delito de estafa puede llevar a sanciones aún más duras; y es que en casos como este de Vigo, en el que el objetivo es defraudar a la aseguradora, la compañía puede acabar presentándose como parte perjudicada y querellarse por estafa.
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