Tras más de una década a la venta y después de haber sido okupada en varias ocasiones, el chalet de Montouto (Teo) en el que fue asesinada Asunta en septiembre de 2013 ha sido comprado.
La operación se ha cerrado con discreción y por un precio muy inferior al que en su día pedía la madre de la niña, casi un millón de euros. Que, según recoge la sentencia judicial, fuera el lugar en el perdió la vida la pequeña y su estado de deterioro han reducido mucho el valor de la finca, que se había rebajado ya a mitad de precio.
La vivienda presenta innumerables destrozos e, incluso, sufrió un incendio en 2020.
La venta se ha cerrado cuando Teresa, la amiga de Rosario Porto que heredó la casa, ha logrado, previa reclamación ante del juzgado deSantiago, echar de la misma a los últimos okupas, alguno de los cuales tiene antecedentes por distintos delitos.
400 metros cuadrados de casa y 10.000 de finca
El chalet que Rosario Porto heredó de sus padres, de 400 metros cuadrados, está ubicado en una finca de 10.000 metros que incluye piscina, cancha de tenis y un hórreo. Tiene cinco habitaiones y ya se había puesto a la venta antes de la muerte de Asunta. Ya estando en la cárcel, Rosario redujo el precio de venta a 500.000 euros.
Teresa, una de las pocas personas que visitaba a Rosario en la cárcel, heredó también el piso de Doutor Teixeiro en el que vivían madre e hija, y que ha sido alquilado.
Durante la investigación, en el chalet de Montouto fueron captadas por la prensa las imágenes de Rosario sonriendo relajadamente que dieron la vuelta al país.
El crimen de Asunta
El 21 de septiembre de 2013 los padres de Asunta Basterra Porto, una niña china de doce años adoptada por este matriomonio de Santiago cuando tan solo tenía uno, denunciaron su desaparición. Finalmente fue hallada muerta en una pista forestal del municipio de Teo, el mismo en el que la madre poseía el chalet.
La investigación de los hechos llevó a sentar en el banquillo a Rosario y Alfonso, los padres de la pequeña, que acabaron siendo condenados a 18 años de cárcel cada uno por un delito de asesinato con el agravante de parentesco.
Él todavía cumple condena. Rosarío, tras dos intentos fallidos, se ahorcó en su celda de la prisión de Brieva (Ávila)
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