Maribel Vilaplana abandonó el parking a las 19:47, aproximadamente una hora después de salir de El Ventorro, y llevó en su coche a Carlos Mazón al Palau de la Generalitat. Estas nuevas pruebas, conocidas después de las pesquisas de la jueza de Catarroja que investiga lo sucedido en la DANA y de las investigaciones del diario Levante, dejan dos claves sobre la mesa: la primera, y más relevante a nivel judicial, es que tanto el otrora president como la periodista han perpetrado un delito de falso testimonio; la segunda, es que algo no cuadra, ya que el lapso de tiempo entre el fin de la sobremesa y la salida del aparcamiento Glorieta Paz de Valencia genera preguntas incómodas y nuevas hipótesis que voces acreditadas confirman en privado.

La testifical de Alfredo Romero, dueño de El Ventorro, confirmó que ambos comensales salieron del restaurante entre las 18.30 y las 19.00 horas. Lo hicieron más tarde que los propios camareros, que ya habían acabado su turno, y tras hora y media completamente solos en la sala que la casa de comida les reservó. Esta horquilla temporal concuerda con el relato de Mazón y Vilaplana, que situaron el fin de la sobremesa cerca de las 18.45. ¿Una hora desde que salieron de la casa de comidas valenciana hasta el pago del parking? ¿60 minutos, en el mejor de los casos, para un trayecto de apenas 400 metros?

Interrogantes que cobran más sentido que nunca después de que los extractos de la tarjeta bancaria de Vilaplana, requeridos por la jueza, y el trayecto conjunto en coche hasta el Palau, sitúen a ambos protagonistas juntos hasta las 20.00 horas de la tarde, apenas once minutos antes del envío del ES-Alert y con cientos de muertos ya flotando sobre las calles de Valencia. A estas cifras, recuerdan fuentes de la oposición, hay que sumar el apagón informativo de 37 minutos (entre las 18.57 y las 19.34) en el que el todavía president en funciones no atendió ninguna llamada -pese al alto volumen de conversaciones que mantenía tanto previa como posteriormente-.

De esta forma, a las dudas sobre el motivo de estar apagado y fuera de cobertura, el cambio del jersey, el fin de servicio de los escoltas, los trayectos del chófer oficial, la conversación por Whatsapp con su jefe de Gabinete y compañero de piso o su implicación en el CECOPI, entre otras cuestiones, se suma la gran pregunta: ¿qué pasó realmente? ¿Hubo una parada intermedia? ¿Fue Mazón a su casa?

Era la gran hipótesis del inicio de la investigación. Fuentes de la oposición deslizaban abiertamente en privado que era su principal sospecha, pero, tras las especulaciones sobre el parking, empezaron a amansarse. Ahora esta pregunta se recupera, máxime después de que distintos medios (como elDiario.es) publiquen que fuentes cercanas al PP están empezando a cantar ubicando al president en su piso del centro de Valencia a media tarde, antes de llegar al Palau.

Los tiempos son caprichosos, y las distancias también: entre El Ventorro y el parking hay apenas 400 metros, unos cuatro minutos andando según la aplicación Google Maps. No obstante, la distancia entre el restaurante y el piso de Mazón (del que nos reservamos la dirección exacta para preservar su intimidad) es de unos 10 minutos. La misma que entre la casa del expresident y el aparcamiento donde Vilaplana dejó el coche antes de su reunión.

Un dirigente de la oposición, de hecho, en conversaciones con ElPlural.com, realiza una reconstrucción muy aclarativa sobre qué se tarda entre los distintos puntos: “A las 18.45 salen de El Ventorro y llegan a casa de Mazón cerca de las 18.57 (momento desde el que Mazón no atiende llamadas). A las 19.30 salen del piso (empieza a atender llamadas cuatro minutos después). Llegan a las 19:45 al parking. A las 19:55 h entra en Palau”. “Todo está muy cerca”, sostienen. Y la cronología encaja.

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