Es la primera iniciativa andaluza con una cierta vocación de transversalidad con respecto al contencioso desencadenado por el desafío catalán. Una apretada nómina de 65 intelectuales, académicos y artistas de las ocho provincias andaluzas encabezan con su firma el apoyo al manifiesto ‘Andalucía Por el Diálogo’, que también firman las hermanas de Manuel José García Caparrós, el joven malagueño asesinado en Málaga en la legendaria manifestación del 4 de diciembre de la que este año se cumplen 40 años.
Lo han firmado escritores como Caballero Bonald, Andrés Sopeña o Ángeles Mora; músicos como Kiko Veneno, Juan Pinilla o Lucía Sócam; personas del ámbito académico como Javier Pérez Royo, Octavio Salazar, Joaquín Urías o José Antonio Pérez Tapias; del ámbito jurídico como Baltasar Garzón o el ex Defensor del Pueblo Andaluz José Chamizo; actores como Antonio de la Torre, Juan Diego o Mercedes Hoyos; directores como Salvador Távora, Benito Zambrano o Alberto Rodríguez; pintores como Vázquez de Sola o Rogelio López Cuenca, los youtubers May R. Ayamonte y Tigrillo e incluso el campogibraltareño de adopción Andrés Avelino ‘cura de pescadores’.
Contra los giros autoritarios
El manifiesto es muy crítico ante una virtual “merma del autogobierno” y alerta contra “las lógicas recentralizadoras, los giros autoritarios, la aplicación de medidas coercitivas policiales, la aplicación de medidas coercitivas policiales, penales y judiciales o la tolerancia con abierta y creciente expresión de fascismo en las calles”.
Igualmente, los firmantes subrayan que no quieren “a nuestros vecinos, hermanos e hijos, muchos andaluces, sometidos a las órdenes irresponsables de mandos políticos contra el ejercicio de las libertades civiles básicas en Cataluña”. Tampoco quieren que “se repitan las imágenes del 1 de octubre ni queremos seguir viendo a los responsables políticos metidos detrás de una barricada discursiva irresponsable y belicista con la calculadora de votos en la mano”.
Ningún reproche a ‘los otros’
El texto no contiene, sin embargo, ninguna alusión implícita ni reproche explícito a las decisiones adoptadas por el Govern y el Parlament de Cataluña que han tensionado fuertemente a la sociedad catalana, que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucionales y que han merecido la reprobación tardía pero prácticamente unánime de la Unión Europea y sus principales mandatarios.
El manifiesto apuesta, en todo caso, por cuatro puntos clave. En primer lugar por la resolución de la crisis catalana “por la vía del diálogo y, si fuera necesario, por la vía de la mediación, para acordar un referéndum con todas las garantías democráticas”.
Sin miedo ni precipitación
En segundo lugar, previendo la apertura de un proceso constituyente, que se dé “sin precipitaciones y sin miedos, donde podamos debatir y decidir sobre el modelo de Estado, sobre sus instituciones, sobre nuevos marcos de autogobierno que Andalucía necesita, sobre la garantía de los derechos sociales recogidos en el texto del 78 y sobre el nuevo marco de derechos sociales, de género, ambientales, culturales, étnicos y de capacidades diversas que queremos legar a las siguientes”.
En tercer lugar se comprometen a hacer cuanto esté en su mano “para evitar que esta crisis se resuelva por una vía recentralizadora, represiva y autoritaria alentadora de posiciones reaccionarias que no dejan de crecer en el marco”.
En cuarto y último lugar, reivindican el lugar que la historia de Andalucía merece por la vía del reconocimiento del 4 de diciembre y la memoria, justicia y reparación de las víctimas de nuestras libertades empezando por Manuel José García Caparrós”.
Una mirada al pasado
El escrito recuerda que los andaluces y andaluzas fueron los únicos en demandar el referéndum del 28 de Febrero de 1980 y en superar las duras cláusulas del artículo 151 de la Constitución, esfuerzo que costó la vida del “joven sindicalista Manuel José García Caparrós a manos de la policía del franquismo, en un contexto en el que la extrema derecha y el fascismo campaban a sus anchas”. 40 años después, para los firmantes del manifiesto, “sigue vigente una deuda con el pueblo andaluz, con su memoria, con su presente y con su futuro.”
Los firmantes ponen el foco en Cataluña, “la expresión más cruda de una realidad subyacente, la crisis del modelo territorial y la necesidad de abrir un proceso constituyente o nuevo pacto constitucional”. Por otra parte, aseguran que es un error pensar que “lo que tenemos delante es un choque de trenes que observamos desde un andén y que las consecuencias de una mala resolución de la crisis nos caerán encima como una pesada losa”.
Finalmente, desde Andalucía albergan “la esperanza de que esta crisis se pueda cerrar con un diálogo abierto, democrático y participativo que nos conduzca a una resolución de la crisis territorial en clave de defensa de nuestro autogobierno y avances en la descentralización en unos momentos en los que los centros de decisión cada vez están más alejados de la célula básica de representación popular que son los ayuntamientos”.
Una nueva Andalucía
Además recalcan desde Andalucía la necesidad de “protagonizar también este debate, hacer un balance riguroso de 40 años de nuestra irrupción como pueblo con aspiraciones políticas y proyectar una nueva Andalucía de la que nuestros hijos e hijas no tengan que marcharse para ganarse el pan.”
Igualmente, propone que el 4 de Diciembre sea considerado día del pueblo andaluz “para conectar a la sociedad andaluza con sus aspiraciones históricas, aspiraciones más vigentes que nunca, ya que para ejercer la ciudadanía es necesario ejercitar la memoria colectiva”.