La Generalitat se mantiene firme en su apuesta por ausentarse de las reuniones del Consejo de Política Fiscal. El nuevo Ejecutivo de Quim Torra solo atiende a encuentros bilaterales y en su caso envía representación de segundo nivel a las distintas reuniones entre el Gobierno y las comunidades autónomas.

Así, ni el vicepresidente económico del Govern, Pere Aragonès, ni ningún otro cargo de Economía asiste hoy miércoles al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que ha convocado el Ministerio de Hacienda. Ha sido el propio Aragonès quién lo ha explicado por carta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Un plante habitual

La Generalitat ya no asistió a las dos anteriores reuniones del CPFF que convocó el gobierno de Pedro Sánchez los pasados 20 de julio y 1 de agosto. Aragonés ha emplazado el Estado a discutir los temas sobre política fiscal y financiera en una Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales.

El vicepresidente catalán argumenta que es el espacio "más adecuado" teniendo en cuenta el contexto político y "la especificidad" de la financiación de Cataluña. Por otro lado, a la misma carta, Aragonés expresa la "disconformidad" del gobierno catalán con la propuesta de objetivos de estabilidad presupuestaria para el conjunto de autonomías.

Aragonés explica que el motivo para no asistir al encuentro con el resto de autonomías es el mismo que justificaron la ausencia de la Generalitat en convocatorias anteriores y ha argumentado que las comisiones mixtas que acordaron convocar a la Comisión Bilateral Sido-Generalitat del pasado 1 de agosto son los espacios en que los dos gobiernos tienen que hablar.

Asimismo, Aragonès critica que la composición y la mayoría de votos que corresponden al ministerio en el CPFF dificultan que "sea un espacio propicio para la adopción de consenso efectivos y debates productivos".

Aragonés aprovecha la carta para argumentar que el reparto de los objetivos de déficit entre administraciones son "desproporcionados", que no se ajustan a la ley de estabilidad presupuestaria y estabilidad financiera y también critica que los objetivos de déficit tienen un "evidente efecto recentralitzador".