El presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, ha afirmado que propondrá al consejo de administración de la compañía el cambio de sede social fuera de Cataluña, en el caso de que se declare la independencia. "No depende de mí, depende del consejo, pero desde luego yo lo propondré", ha afirmado Bonet en declaraciones a RNE. 

"Vamos a esperar, hasta ahora creía que la independencia no se haría, pero empiezo a pensar que me he equivocado y si esto es así tendremos que actuar como muchos", ha afirmado Bonet.

De esta forma, la compañía, con sede en Sant Sadurni d'Anoia (Barcelona) fundada en 1861, seguiría los pasos de otras empresas catalanas que han decidido abandonar Cataluña tras el desafío independentista. "Si realmente vamos a una declaración unilateral de independencia, habrá una salida importante de empresas de Cataluña, lo que causará una daño gravísimo a Cataluña", dijo Bonet.

Por su parte, el grupo Codorníu Raventós también se plantea abandonar Cataluña, si se produjese una declaración unilateral de independencia, según ha avanzado su consejero delegado, Javier Pagés, a La Voz de Galicia.

"Esperamos no tener que llegar a ello, pero, si se produjese la declaración unilateral de independencia",  el cambio de la sede social "es una opción que nos tendremos que plantear", afirmó Pagés.

Una situación insostenible
El consejero delegado de Codorniú añadió que  como empresa "catalana y española, la más antigua del país, desde 1551", les preocupa la actual situación, que calificó de "insostenible".

Respecto al riesgo de boicot a los productos catalanes en el resto de España, Pagés considera "inconcebible" que "empresas catalanas, con ánimo de generar empleo y riqueza en todo el país, tengan que pagar las consecuencias de esta situación".

Codorniú no tiene nada que ver con el independentismo
Este jueves, Codorníu Raventós afirmó en un comunicado que es responsabilidad de las empresas "poner sobre la mesa el riesgo económico global que existe" ante la actual situación política en Cataluña y lamentó que sean las compañías las que tengan que pagar las consecuencias.

En su comunicado la compañía, que fue fundada en 1551 y es la empresa familiar más antigua de España, afirmó que esta crisis "afecta directamente a todos los empleados, clientes proveedores y colaboradores de Codorníu que trabajan repartidos por toda la geografía española".

El grupo subrayó que Codorniú, que tiene su sede en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), es una empresa "catalana y también española" y lamenta que se la haya vinculado con el independentismo sin que tenga nada que ver con este proceso ni ningún otro.

"Lo hemos desmentido por activa y por pasiva. Queremos repetir bien claro que nosotros no hacemos política, ni queremos, ni nos corresponde, porque para ello están las instituciones y los foros adecuados", remarcó la dirección general del grupo, que reconoció que los "inciertos comentarios" que se difunden de Codorníu perjudican "seriamente" la imagen de la compañía.