El filósofo Emilio Lledó, andaluz con una larga trayectoria como profesor en Barcelona, se ha mostrado “sorprendido” con lo que ocurre en Cataluña, que ha atribuido a “la ignorancia y la pasión”. En su opinión, “la globalización no es solo económica; hay que globalizar también los sentimientos, la aceptación, la riqueza”.

Lledó, trending topic por su entrevista con El País, publicada este viernes, ha dicho que nunca ha sido nacionalista. “¿De dónde soy yo? De donde realmente soy hoy es de la lengua que puedo hacer con mi manera de pensar, de sentir, de querer, de aceptar a los otros. Esa es mi patria, esa es mi nación y ese es mi nacionalismo”, ha dicho el profesor.

Las banderas no sirven para nada
Lledó, a punto de cumplir los 90 años, ha añadido que las banderas no sirven para “nada”, y sólo para “entorpecer”. A su juicio, “lo que tenemos que tener es una bandera de justicia, de bondad, de educación, de cultura, de sensibilidad, de filantropía, otro sustantivo maravilloso de los griegos, el amor a los otros”.

Nadie habla de Pujol, Bárcenas, Rato...
“Trazar fronteras me parece una equivocación”, ha defendido Emilio Lledó que considera que los nacionalismos “son un terrible error” porque “se están olvidando problemas mucho más importantes de nuestro país, se están olvidando de la corrupción de un lado y de otro. Hay un gran señor de un nacionalismo que vendió su ideología y tiñó el nacionalismo de la patria y resulta que lo que verdaderamente estaba haciendo era llevándose el dinero a Andorra. Pues nadie habla de eso. Tampoco se habla de los Bárcenas ni de los Ratos”.

Sobre la falta de entendimiento, Lledó cree que es debido a prejuicios” y a la “deformación mental”.

“Qué duda cabe que pertenecer a una lengua tiene componentes sentimentales, pero ojalá yo fuera bilingüe o trilingüe, qué maravilla. Creo que es incultura, deformación, es el desgénero humano”, ha subrayado el filósofo.

Cataluña, como la Guerra Civil
“Aristóteles inventa el verbo ‘ser humano’, que significa querer a los otros, proyectarte hacia los otros, entender a los otros, asimilarlos, hacerlos semejantes a ti. Solo nos diferencia la lengua matriz que hablemos, las ideas y la generosidad que podamos transmitir”.

“Estos días, por estas razones de separatismo y no separatismo, me he sentido muy infeliz; hacía tiempo que no me sentía tan triste, desazonado, ¡hacía años! Creo que desde después de la guerra no me he sentido tan afectado, quizá se deba a que yo no tengo sentimiento nacionalista en este sentido”, ha dicho el filósofo.

"Un político indecente es la ruina del país"
Emilio Lledó insiste en el concepto de “desgénero humano”, al explicar todo lo que considera impropio de los humanos. “Estoy escribiendo ahora sobre el sentido del bien y de los grandes conceptos que han creado los humanos, la justicia, la bondad, la lucha por la igualdad, la inteligencia, la racionalidad, el enriquecimiento de la sensibilidad con el arte”.

El filósofo advierte que “la sociedad funciona cuando hay un principio de bondad. Lo realmente importante es el hombre que tiene poder. Un político indecente es la ruina del país”.