Lo que debía ser un pleno del Parlament para restituir simbólicamernte a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat se ha convertido en un tira y afloja entre los independentistas y los constitucionalistas, igual como terminó la anterior legislatura.

Junts per Catalunya había presentado una resolución muy medida con los asesores legales para no contravenir las resoluciones judiciales y acordada, en sus términos generales, con ERC, pero la CUP ha forzado la máquina. De una propuesta light, con las enmiendas de la CUP se pasaba a proclamar la independencia de nuevo de modo unilateral. Los partidos constitucionalistas, PSC, Cs y PP han intentado que la Mesa reconsiderase la admisión a trámite de estas enmiendas, pero la mayoría soberanista lo ha permitido, aunque antes se había negociado una rebaja de las pretensiones de la CUP.

La Fiscalía ya había avisado de que estudiará acciones legales contra los componentes independentistas de la Mesa. Mientras que el socialista David Pérez lo ha hecho constar, el presidente del Parlament, Roger Torrent, y sus compañeros independentistas han esgrimido que a ellos nunca se les había notificado nada. Los letrados, por su parte, también han considerado mostrar su rechazo a admitir a trámite las enmiendas de la CUP. Al admitirlas a trámite se podía transaccionar y votar un apoyo al 1 de octubre. La CUP ha hecho valer sus 4 votos, lo que ha puesto en el disparadero judicial a Torrent.

Al final, el último punto de la resolución únicamente ha sido votado per las tres formaciones independentistas, mientras que En Comú-Podem ha votado negativamente. Los otros tres grupos no han participado en la votación, manteniéndose sentados en sus escaños. Para PSC, Cs y PP la redacción del punto referente al apoyo al referéndum del 1-O podría "contravenir" las disposiciones del Tribunal Constitucional, tal, y como ha recordado David Pérez.

Este punto conflictivo judicialmente dice que el Parlament "exige que cesen las injerencias del gobierno del Estado ante las instancias jurisdiccionales y del Tribunal Constitucional, que pretenden impedir la materialización de esta voluntad democrática de los representantes del pueblo de Cataluña, así como la que fue legítimamente expresada en el referéndum de autodeterminación de Cataluña del 1 de octubre". Carles Riera (CUP) ha exigido que se leyera el texto en voz alta, una opción que rara vez es utilizada en las votaciones de propuestas de resolución.

Antes, no obstante, se había votado la restitución simbólica de Puigdemont como presidente de la Generalitat. Esta es la principal exigencia para que a partir de ahora se inicie la retirada de Puigdemont. La nueva hoja de ruta prevé la creación de un Consejo de la República en Bélgica, presidido por Puigdemont, sin fondos públicos. Asimismo, habría una asamblea de electos independentistas y un ejecutivo formado por representantes de JxCat, ERC y la CUP de siete miembros. Este Consejo de la República mantendría una representación más simbólica que real, pues en el Parlament se eligiría a un presidente de la Generalitat con poderes reales. Por ahora, se pretende ungir a Jordi Sánchez, que está en prisión preventiva. a pesar de esto, podría ser que Sànchez no fuera el candidato definitivo.