El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha ofrecido este lunes un contundente respaldo a la postura de España ante la presión de la OTAN para incrementar el gasto militar, dejando claro que ni la seguridad puede convertirse en excusa para recortar derechos sociales ni Europa debe doblegarse ante los intereses de las grandes potencias, especialmente los de Estados Unidos.
Unas declaraciones que llegan después de que este domingo el presidente Pedro Sánchez anunciara que España no asumirá el objetivo del 5% del PIB en gasto militar que reclamaba la OTAN y Estados Unidos.
En un acto celebrado en Montearagón (Toledo), donde se han inaugurado varias depuradoras de aguas residuales, Page ha defendido "por completo" que España no sacrifique "el futuro de nuestras familias, de nuestros hijos, de nuestro bienestar, de nuestra economía, para nutrir a la industria armamentística americana". La advertencia no es menor en un contexto internacional donde se eleva la presión para que los países europeos dediquen al menos el 5% del PIB a Defensa, como exige la Alianza Atlántica.
El presidente castellanomanchego ha denunciado el servilismo a la lógica militarista que impulsa figuras como Donald Trump, a quien ha calificado como "un peligro con patas", una figura que, según ha afirmado, nos arrastra "en una espiral de odio, de violencia y de guerra tremenda". No es la primera vez que se señala cómo los intereses bélicos de EE.UU. terminan arrastrando a Europa a conflictos ajenos y decisiones que poco tienen que ver con la defensa real de sus ciudadanos.
Etapa "más militarista" de la democracia
Aunque García-Page ha reconocido que "la seguridad cuesta dinero", también ha advertido que la inseguridad "cuesta la vida", mostrando así una postura de equilibrio. Sin embargo, no ha escondido su preocupación ante el aumento del presupuesto militar bajo el actual Gobierno de coalición, subrayando que "esta etapa está siendo la más militarista de casi la democracia".
En este punto, su discurso ha tomado un rumbo claramente crítico hacia el papel de la OTAN y, sobre todo, hacia la industria armamentística que se beneficia del miedo y el conflicto. Ha insistido en que el debate no es ideológico, sino de sentido común. Mientras millones de personas en Europa aún arrastran las consecuencias de las crisis económicas, mientras servicios como la sanidad pública o la educación siguen sin recuperarse del todo, los gobiernos están doblando el gasto militar.
Page ha alertado de que el verdadero negocio no está en la seguridad de los pueblos, sino en el beneficio de unos pocos. "Quien realmente se está lucrando de la guerra son los mismos que la empiezan", ha señalado.
La intervención del presidente regional no se puede interpretar únicamente como una posición individual, sino como la expresión de una preocupación compartida por sectores sociales que cuestionan el aumento del gasto militar en un contexto de contención del gasto público. Desde Castilla-La Mancha, García-Page ha señalado el riesgo de comprometer el Estado del bienestar si se priorizan los intereses de la industria armamentística.