Han sido años de invisibilidad, de explicaciones innecesarias, de profesionales que no sabían cómo acompañar una transición o cómo respetar una identidad. Años en los que acudir a un hospital siendo persona trans o intersexual podía suponer un laberinto sanitario sin salida clara, entre derivaciones confusas, incomprensión médica y prejuicios velados. Este lunes, esa realidad ha comenzado a cambiar.

El Diario Oficial de Castilla-La Mancha ha publicado la resolución por la que se crea formalmente la Unidad de Atención Sanitaria a Personas Trans e Intersexuales, un servicio que funcionará en Cuenca como centro de referencia regional y que, por fin, reconoce legalmente una atención que lleva años prestándose de forma precaria y sin respaldo normativo.

La resolución del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) ofrece un marco legal sólido y detallado para la atención a este colectivo, estableciendo claramente las prestaciones, protocolos y vías de acceso. Esta unidad nace no solo para mantener lo que ya se hacía, sino para mejorarlo, ampliarlo y blindarlo ante las amenazas políticas que sobrevuelan desde que las derechas y la ultraderecha han hecho de los derechos LGTBI+ un objetivo de recorte sistemático.

Equipo multidisciplinar

Conformada por un equipo multidisciplinar que incluye Endocrinología, Pediatría, Psicología Clínica, Ginecología, Psiquiatría y Trabajo Social, y respaldada por especialidades como Cirugía Plástica, Urología o Logopedia, la unidad está diseñada para ofrecer una atención integral, humanizada y ajustada a cada persona, sin importar su edad o fase del proceso.

Entre las funciones asignadas, se contempla la valoración sanitaria individualizada, el acompañamiento psicológico, el acceso a tratamiento hormonal, la atención a menores en desarrollo y, cuando sea necesario, la derivación quirúrgica sin discriminaciones. Además, se ofrecerá la posibilidad de preservación de tejidos gonadales y células reproductivas, así como asesoramiento en reproducción asistida, garantizando el derecho a decidir sobre la maternidad o paternidad en condiciones de igualdad.

Esta medida supone también un compromiso explícito con la formación del personal sanitario. Los profesionales de la Unidad tendrán la tarea de formar y sensibilizar al conjunto del SESCAM en la realidad trans e intersexual, superando así los vacíos formativos que hasta ahora han dejado a muchas personas sin una atención adecuada o, directamente, las han expulsado del sistema sanitario público.

El acceso a la unidad no será libre, sino que requerirá derivación desde los servicios hospitalarios a través de la Unidad de Admisión, garantizando un seguimiento estructurado y coordinado por el gestor de usuarios. En paralelo, la resolución fija un plazo de tres meses para que se elabore un Protocolo de Atención Sanitaria específico, que recoja las mejores prácticas clínicas y sitúe a Castilla-La Mancha en la vanguardia de la atención en este ámbito.

La creación de esta Unidad choca frontalmente con el discurso negacionista que formaciones como Vox han inoculado en el debate político. Mientras desde sus tribunas insisten en hablar de "ideología de género" y en sembrar odio hacia la diversidad, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha optado por proteger derechos, humanizar la sanidad y normalizar la diversidad sexual y de género como parte de la salud pública.

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