El grupo parlamentario de Vox Andalucía vuelve al juego que ensayó con éxito en junio de este año, cuando tuvo al Gobierno andaluz en vilo durante seis días al presentar una enmienda a la totalidad del Presupuesto de 2019 que solo retiró cuando PP y Ciudadanos se avinieron a cumplir sus exigencias.

El portavoz ultra, Alejandro Hernández, ha vuelto a coquetear hoy con tumbar las cuentas de 2020 si el Gobierno andaluz no se muestra más receptivo a trasladar a la Ley de Presupuestos determinados aspectos –no ha revelado cuáles– ya pactados en el acuerdo de 34 firmado por los tres partidos en junio y tras cuya rúbrica Vox retiró su enmienda a la totalidad y los Presupuestos de 2019 fueron aprobados.

Negociación difícil

Ahora el partido ultraderechista no está satisfecho con la marcha de las negociaciones presupuestarias. Si sus socios no le prestan la atención debida, presentará su enmienda a la totalidad antes de las 12 horas de mañana jueves, momento en que vence el plazo para hacerla efectiva en el registro de la Cámara.

El propio presidente andaluz, Juanma Moreno, reconocía ayer que las negociaciones no estaban siendo fáciles e incluso lanzaba a Vox la advertencia de que sería muy grave por su parte rechazar las cuentas.

Hernández ha trasladado hoy a la prensa que las posturas de su partido con PP y Ciudadanos están muy alejadas. ¿En qué lo están? El portavoz no ha querido responder.

Sí ha confirmado, en cambio, su satisfacción por que el Gobierno incluya una partida para contratar auditores privados que fiscalicen las cuentas de los entes instrumentales de la Junta, aunque todos ellos, al igual que el resto de la Administración, ya son fiscalizados por las instituciones públicas que tienen precisamente ese cometido.

No llegará la sangre al río

Si en junio la sangre no llegó al río, es mucho menos probable que lo haga ahora, con unas elecciones generales en menos de un mes en las que, según las encuestas, el PP mejorará su posición y Vox la mantendrá.

Ninguno de los dos debería estar interesado en poner en riesgo unas expectativas tan halagüeñas. En cuanto a Ciudadanos, parece que será el gran perdedor de estos comicios, pero su margen de maniobra para impedirlo es prácticamente inexistente.

En la negociación de junio, Vox logró que las cuentas de 2019 incluyeran, entre otros, estos extremos, todos ellos muy ideológicos: los futuros Presupuestos no hablarían de violencia de género, sino de violencia intrafamiliar; se eliminaba la nomenclatura de transversalidad de género a favor de concepto de igualdad; incorporaban "por primera vez" el concepto de “inmigración irregular”; restringían las partidas de memoria histórica solo a la exhumación e identificación de víctimas; se apoyaba a hijos y nietos de andaluces en zonas de inmersión lingüística con “dificultades para aprender castellano”...