La sesión de control de este mes de las flores se hizo eterna. Al ser mayor el número de grupos que respaldan al Gobierno que el de los que se oponen a él –tres frente a dos– las sesiones teóricamente pensadas para controlar al presidente corren el riesgo de convertirse en tratados de hagiografía comparada en los que cada portavoz progubernamental intenta mejorar el panegírico entonado por su predecesor.

El Pleno del Parlamento andaluz de este 3 de mayo quedaba próximo a haberse cumplido los primeros cien días del Ejecutivo y, aunque la semana pasada el presidente y el vicepresidente ya celebraron la efeméride con una solemne rueda de prensa conjunta, sus señorías de Vox, Ciudadanos y el PP decidieron que la sesión de preguntas al presidente era una gran ocasión para no hacerle ninguna pregunta y dedicarla directamente al ditirambo.

Tranquilícense, caballeros

Tal fue el entusiasmo progubernamental del ultra Alejandro Hernández, del naranja Sergio Romero, del popular José Antonio Nieto y del propio presidente Juanma Moreno, que prácticamente todos ellos estuvieron de acuerdo en que los buenos datos de empleo del primer trimestre habían sido obra suya, y ello a pesar de que el primer Consejo de Gobierno se celebró en una fecha tan adentrada ya en el trimestre como el 25 de enero y de que ni en ese ni en los siguientes Consejos aprobaron medidas que pudieran haber tenido impacto alguno en la creación de empleo. Ni tampoco en su destrucción, claro está.

Alguien de entre sus señorías tendría que haber hecho en este Pleno de señor Lobo, el personaje de ‘Pulp fiction’ que aconsejaba sabiamente a sus secuaces, que no cesaban de elogiarlo, pese a lo mucho que todavia quedaba por hacer: “Tranquilícense, caballeros, no empecemos a chuparnos las p… todavía”

Moreno y su portavoz Nieto airearon en distintas ocasiones las “185 medidas” que “la intensidad y rapidez” del Gobierno habría tomado en estos cien días, aunque ni siquiera los medios más declaradamente gubernamentales han llevado a sus titulares esa hiperbólica suma de sumandos más imaginarios que reales, si se exceptúa la supresión del impuesto de sucesiones a los herederos millonarios, la reducción de altos cargos, la ampliación de la tarifa plana de autónomos que ya existía y el plan de choque para reducir listas de espera sanitaria.

La lealtad de Vox

Por lo demás, lejos de los exabruptos lanzados por el presidente nacional de su partido contra Vox, Moreno le trasladó al portavoz ultra su agradecimiento por la lealtad mostrada al Gobierno, cuya estabilidad, aunque a Pablo Casado no parezca importarle demasiado, depende de los 12 diputados de extrema derecha.

También fue singular la intervención del portavoz de Ciudadanos, Sergio Romero, cuyo ‘Canto a los 100 días’ sobrepasó todas las expectativas: en tan corto espacio de tiempo ha habido “transparencia, lealtad, rigor, humildad, trabajo a destajo, bajada de impuestos, compromiso con la sanidad, la dependencia, la violencia de género…”.

Y además el Gobierno está preparando unos Presupuestos que serán lo nunca visto: "claros, abiertos, eficaces, dialogados, de futuro…".

La banca siempre gana

Entre tanto merengue recubierto de azúcar y regado con el espeso jarabe de la autocomplacencia, las intervenciones de Antonio Maíllo, por Adelante Andalucía, y Susana Díaz, por el Partido Socialista, supieron a poco a concurrencia.

Ambos le recordaron al presidente sus amistades peligrosas con la extrema derecha, también llamada por Díaz ‘el partido de las mamandurrias’, pero Moreno se escabulló con la misma destreza con que solía hacerlo su predecesora cuando sus adversarios le sacaban asuntos espinosos.

En las sesiones de control de este y de todos los parlamentos peninsulares, el suspense no está en saber si el presidente contestará a las preguntas de la oposición, dado que rarísima vez lo hace, sino en ver la manera en que no las contesta. Juanma Moreno puede que no sea ingenioso ni brillante en su manera de no contestar, pero desde que es presidente no ha perdido ningún debate. Del mismo modo, por cierto, que tampoco ganaba ninguno cuando no lo era.