Este jueves el pleno del Ayuntamiento de Málaga debatía distintos asuntos. Entre ellos uno de gran importancia para el futuro de más de 12.000 trabajadores y trabajadoras de grandes superficies y comercios en su mayoría. El Equipo de Gobierno del PP y Ciudadanos iba a debatir la aprobación de la aplicación de la denominada Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT). Esta nueva norma, que a la postre el pleno finalmente aprobó, conllevará la liberalización de los horarios comerciales y la apertura de hasta 19 festivos en todo el término municipal a partir del día 20 de julio que entrará en vigor. El pleno comenzaba calentito por las lógicas y legítimas protestas de unos doscientos trabajadores afectados en representación del colectivo damnificado.

Hay que tener en cuenta que esta ZGAT, como ha denunciado el portavoz socialista, Dani Pérez, traerá como consecuencia de manera inmediata que más de 12.000 trabajadores de grandes comercios sean obligados a trabajar festivos, precarizando su empleos y quitando la conciliación con familias. 

Es una norma que inicialmente recae en la Junta de Andalucía ya que es el Gobierno de Moreno Bonilla esta polémica medida para “favorecer la liberalización de la economía y el comercio”. Eso sí, bajo las espaldas de sus trabajadores. Una medida que además en Málaga el Ayuntamiento ni siquiera ha consensuado con en el Consejo Sectorial del Comercio, órgano que representa a este gremio tan importante en la capital de la Costa del Sol.

El portavoz socialista ha recriminado al alcalde, el popular Francisco de la Torre,  “por faltar a su palabra con el pequeño comercio de la ciudad al imponer la ZGAT, con la liberalización de los horarios y la apertura de hasta 19 festivos”, mientras que “se da la mano con el presidente Juanma Moreno para beneficiar a las grandes superficies, pero lesionando a los negocios en los barrios”.

Culpan al “malagueño en la Junta”, Juanma Moreno

Para el socialista, De la Torre “incumple su palabra y asesta un duro golpe a la conciliación de 12.000 trabajadores. “Paco de la Torre y Juanma Moreno, el alcalde de Málaga y el malagueño en la Junta, se han cogido de la mano, no sabemos si dócilmente, para acabar con la conciliación de 12.000 empleados del comercio en la ciudad. Y esta medida, que han aplicado sin consenso, no llega para crear empleo, sino para replantear las jornadas laborales y que trabajen los domingos sin cobrar más por ello”. Para Dani Pérez, “el PP y Ciudadanos en Málaga han consumado hoy la traición al pequeño comercio de nuestra ciudad, a las empresas en los barrios que no van a poder competir en igualdad de condiciones con la apertura de las grandes superficies más festivos, más domingos y con libertad horaria”. 

Parejas que apenas se verán

No ha dudado en criticar  “el cinismo de Paco de la Torre al defender la bondad de estas reglas del juego que ha cambiado el PP en la Junta y en el Ayuntamiento”.  Y ha puesto un ejemplo concreto de una futura afectada como es el de Ana, trabajadora de un conocido “centro comercial al otro lado del río, que ya no podrá ver a su marido los domingos y a quien no lo ve tampoco durante la semana porque él trabaja fuera”.  “Señor De la Torre, usted trabaja por los intereses de las grandes superficies, no por los malagueños y las malagueñas. Y esto le pasará factura en las urnas en 2023”, le ha espetado Pérez a De la Torre.

Un peyorativo “Venga, a Trabajar” de boca de un edil del PP a los manifestantes

En esos momentos se escuchaban las voces de trabajadores concentrados que gritaban a las puertas del Ayuntamiento”. Unos instantes antes del inicio del polémico y tenso pleno tuvo lugar una concentración de más de 200 personas en contra la implantación de la nueva Zona de Gran Afluencia Turística. Y fue en ese momento cuando se produjo la lamentable anécdota de la sesión plenaria. Uno de los concejales del PP, Jacobo Florido, paradójicamente edil responsable de Personal y considerado como la mano derecha en Málaga del consejero de Presidencia y Portavoz de la Junta de Andalucía, el también malagueño, Elías Bendodo, se dirigió a los trabajadores cuando se iban del salón de plenos de manera pacífica con un desagradable y peyorativo “Venga, a Trabajar”.  El civismo de los manifestantes ha hecho que la cosa no llegara a mayores pero Florido ha tenido que oír las protestas de un colectivo que representa a más de 12.000 personas a los que se les ha condenado hoy a la precarización y a la falta de conciliación familiar. Ello con el voto del PP y Ciudadanos.