Tras la denuncia interpuesta la semana pasada por el Ministerio Púlico, la juez de Instrucción número 11 de Sevilla ha dictado un auto en el que acuerda incoar diligencias previas para investigar al empresario y exvocal de la Cámara de Comercio Manuel Muñoz Medina, que se "abalanzó sobre la coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, y simuló besarla” con el propósito de "pisotear" su dignidad con un acto "de contenido claramente sexista".

La Fiscalía entendió que tales hechos podrían ser constitutivos de un delito contra la libertad sexual o de atentado a la autoridad y ahora la juez opina que hay indicios suficientes para investigar la denuncia del fiscal. La Policía ha comenzado ya a realizar las diligencias que le ha encargado la juez, entre ellas la de investigar si hay imágenes del suceso o buscar posibles testigos del mismo.

Los hechos ocurrieron el 20 de diciembre de 2016, cuando Teresa Rodríguez acudió a un acto a la sede oficial de la Cámara de Comercio de Sevilla. Sobre las 15,00 horas, y cuando la parlamentaria se disponía a abandonar el lugar tras concluir el acto, el empresario denunciado, "siendo consciente de la función representativa que cumplía" Teresa Rodríguez, y en presencia de varias personas más que habían acudido al acto --"en esa ocasión, casi todos eran hombres"--, "se abalanzó sobre ella empujándola hasta hacerla retroceder hacia un rincón".

Según recoge la Fiscalía, el empresario "tapó la boca de la mujer con su mano mientras aproximaba su boca a la de ella y besaba su propia mano, la que cubría la boca de ella, en un ademán como si, en realidad, la estuviera besando en los labios", todo ello "mientras pegaba su cuerpo contra el de la diputada, haciéndola retroceder hasta la pared", hasta que la parlamentaria "pudo desembarazarse y salir del lugar".

La intención principal que anima al autor era “pisotear la dignidad de la persona ofendida con un acto, de contenido claramente sexista, que pretende demostrar y alardear de una repudiable e indefendible idea que preconiza la primacía del hombre sobre la mujer, obligando a ésta, para su propia humillación y vituperio, a sentirse sometida sin remedio a ese poder y a ese imperio".