Los independentistas catalanes llevan años leyendo la realidad con saltos de páginas importantes, todas aquellas que no les gustan o que no casan con los prejuicios indepes sobre las múltiples cuestiones que son vitales para la ciudadanía. El último episodio de esta deriva se ha dado con la presentación de la memoria económica anual que realizan las trece cámaras de comercio catalanas.

En presencia de Quim Torra, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, el independentista Joan Canadell ha destacado que el 64,6% de las exportaciones catalanas van al extranjero, y el 35,4% al resto de España; cuando en 1995 era justo al contrario: a otras comunidades autónomas exportaban el 63,5% y al extranjero el 36,5%.

La internacionalización creciente de la economía catalana es parecida a la de las demás autonomías, como Andalucía, que también ve aumentar sus exportaciones al extranjero en los años posteriores al estallido de la crisis.

Que el peso del mercado español caiga en Cataluña se debe no sólo al menor consumo de productos catalanes en el resto del Estado, sino a un proceso generalizado de empoderamiento del consumo local en el resto de comunidades estimulado por el conflicto soberanista.

Un dato que los independentistas se callan es el superávit de varios miles de millones de euros en su comercio con el resto de España y el déficit en su comercio con el extranjero. En 2016, Cataluña obtuvo un saldo comercial positivo de 17.548 millones de euros en sus exportaciones-importaciones con España y un saldo negativo de 12.683 millones de euros con el mundo al importar más de lo que exportó, según datos del CEPREDE (Centro de Predicción Económica).

Para dialogar en igualdad de condiciones hay que poner encima de la mesa todas las cartas, no sólo las balanzas fiscales favorables, como hicieron en 2015 Josep Borrell y Joan Llorach en su libro “Las cuentas y los cuentos de la independencia”.

El Gobierno de la Generalitat, ahora en manos de los partidarios de la independencia, debe saber que la globalización y la mejora contínua de las economías regionales españolas erosionan sus políticas proteccionistas respaldadas en el plano internacional solamente por el trumpismo.

Lo que sí es una pérdida de tiempo es dedicar recursos a un buscador de empresas independentistas, como el que ha puesto en marcha la ANC en el sitio https://consumestrategic.cat/www/index.php