Partido Popular y Ciudadanos podrán seguir posicionándose sinceramente contra la violencia de género, pero pasará mucho tiempo antes de que puedan acudir a las manifestaciones del 25 de noviembre sin arriesgarse a ser abucheados.

Su alianza estratégica con Vox es un estigma que no pueden borrar: PP y Cs lo saben, Vox lo sabe y ambos saben que el otro lo sabe. Para la extrema derecha, el pacto andaluz está siendo muy rentable porque envía a sus votantes el mensaje de que su voto es útil, dado que frena el paso a la izquierda y abre las puertas del poder a la derecha.

Para las otras dos derechas, sobre todo el PP, las cosas son algo más complicadas. En clave estrictamente andaluza y a corto plazo, el PP ha hecho un buen negocio, pues los votos de Vox le han permitido cumplir su sueño de gobernar la Junta de Andalucía. A medio plazo, la operación puede que tenga más riesgos de los deseables, pues Vox ya le pisa electoralmente los talones al partido que preside Juanma Moreno. De igual modo, para Cs el pacto puede acabar resultando alamente tóxico.

Un día difícil

En la jornada de ayer, al igual que en el resto de España y numerosas ciudades del mundo, miles de personas se manifestaron en Andalucía con motivo de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. No fue posible, sin embargo, una declaración institucional del Parlamento andaluz porque una iniciativa de ese tipo requiere la unanimidad de todos los grupos y Vox se mostró en contra.

El Gobierno andaluz debió de desear ayer que el día pasara cuanto antes. Los pronunciamientos negacionistas de Vox sobre la violencia de género hacían más visibles las contradicciones en el seno de la alianza estratégica de las derechas españolas. Para evidenciarlo, basta resumir los pronunciamientos hechos durante la jornada por representantes de los tres partidos:

Vox en Andalucía, de cuyos 12 diputados depende la supervivencia del Gobierno autonómico de PP y Cs: "Los hombres y las mujeres son iguales en dignidad y en derechos, tal y como está contemplado en nuestra Constitución, y la Ley de Violencia de Género atenta contra el principio de presunción de inocencia el criminalizar a nuestros hijos, hermanos, abuelos y amigos, por razón de su sexo, mediante tipos penales específicos para los hombres o la creación de tribunales especiales".

Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía: "Mi solidaridad, apoyo y respaldo a todas y cada una de las víctimas de violencia de género en Andalucía y España, un gravísimo problema, que trasciende de las ideologías”.

Rocío Ruiz, consejera de Igualdad de la Junta: “Yo no tengo nada que ver con Vox. Reto a cualquiera que me diga una sola medida que dé un paso atrás en violencia machista. No me rendiré jamás en luchar contra estas situaciones. Lucharé para que salga el pacto contra la violencia de género porque es un problema de Estado”.

Reproches de PSOE y Adelante

Pese a esas discrepancias, el pacto andaluz de PP, Cs y Vox goza de excelente salud. Nada en las contrapuestas declaraciones de ayer indicaba que las profundas discrepancias en materia de igualdad vayan cobrarse factura alguna en la mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno de Moreno. Hasta ahora, PP y Ciudadanos han conseguido “encapsular” tales diferencias, aunque la izquierda no deje de hurgar en esa herida.

Para la socialista Susana Díaz ha habido “una rendición de Moreno Bonilla, el PP y Ciudadanos a la ultraderecha; han roto el consenso institucional por un puñado de sillones, y eso es algo que no tiene nombre”.

Para Podemos Andalucía, el Gobierno andaluz de PP y Cs debe explicar por qué "pacta las políticas de igualdad con un partido de extrema derecha que niega que exista la violencia de género". Según la diputada Ana Villaverde, el acuerdo presupuestario cerrado con Vox para las cuentas del 2020 contempla "recortes muy graves" en políticas de igualdad con "1,4 millones de euros menos respecto al 2019, año que ya sufrió recortes respecto al 2018".