Este jueves Andalucía ha conmemorado el 4 de diciembre de 1977, en el marco del Día de la Bandera que Moreno Bonilla impulsó hace tres años. Abrazado por Rojas Marcos, líder del histórico Partido Andalucista y referente en la transición del andalucismo político, el Día de la Bandera ha suscitado el rechazo de los partidos de la izquierda y el andalucismo político, por entenderlo como un movimiento más del presidente andaluz en esa estrategia de 'abrazo del oso' al simbolismo andalucista mientras no presta atención a las necesidades reales de su pueblo. En esa estrategia andalucista, Moreno Bonilla se ha alzado en reiteradas ocasiones como el líder político y espiritual de Andalucía frente otros territorios, principalmente Cataluña, para tratar de generar una confrontación política entre ejecutivos, en especial con el Gobierno de Pedro Sánchez.
En ese sentido ha ido el discurso pronunciado hoy por el presidente de la Junta. Tras un epílogo cargado de agradecimientos a autoridades allí presentes, excepto al PSOE-A, al que ha ignorado por completo, Moreno Bonilla inició un discurso de agradecimiento a la periodista almeriense Isabel Jiménez, que este año se ha encargado de realizar el elogio a la bandera andaluza en este acto, y de quien ha valorado la defensa que realiza del acento andaluz, diciendo de él que "es el reflejo del alma" de sus hablantes, y al respecto el presidente ha manifestado que "el habla andaluza es una de las más bellas expresiones en el ámbito de la cultura y de la propia sabiduría de esta tierra", además de "la madre del español de América, el continente donde más personas precisamente hablan nuestro idioma en el mundo", ha puesto de relieve.
Respecto a la efeméride que se conmemora, el 4D, Moreno ha subrayado los 48 años que se cumplen de aquel glorioso 1977 para Andalucía en el que "los andaluces dimos un paso adelante que cambió para siempre la historia" de esta comunidad, "el día en que tomamos nuestra decisión más importante como sociedad, que nunca más volveríamos a ser menos que nadie", ha remarcado.
Moreno ha añadido que los andaluces lo hicieron "de forma masiva en respuesta al menosprecio de quienes deseaban una Andalucía obediente o de segunda, y además con mucha fuerza", y ha resaltado que, "desde entonces, Andalucía trabaja de una manera muy importante", y ha "avanzado" tanto que no recuerda "otra época en la que la Andalucía moderna se haya querido tanto, se sienta tan capaz y crea en su futuro como lo hace precisamente ahora", ha apostillado.
Y, en esa línea, sobre el 4 de diciembre, su significado y simbolismo y enarbolando poder andaluz, el presidente de la Junta era consciente de que se encontraba en el clímax de su narración. En el momento en el que el discurso ha de relucir su contenido más contundente, expresivo, reivindicativo. El líder del PP habló sobre la humidad que caracteriza a los andaluces, la visión pesimista de su población respecto a sí mismos y su "exceso de autocrítica" respecto a otros territorios. Y, es precisamente en estos territorios, con la versión de fuera, donde se toma consciencia de nuestra realidad. Con estas visiones, el presidente de la Junta ha reivindicado, por tanto, la solidaridad en contraposición de lo "fea" que suena la palabra "ordinalidad", aludiendo directamente al nuevo sistema de financiación autonómica que el Gobierno central está planteando.