“¿Cuándo nos vamos a ir para la casa, mamá?”. La pregunta se repite cada noche en la habitación diminuta donde Mónica y su hija de diez años duermen desde que fueron desahuciadas el pasado 2 de octubre. En la pensión en la que las ha alojado temporalmente el Ayuntamiento de Málaga sólo hay una cama y un váter. “No hay ni una mesa donde mi hija pueda hacer los deberes”, cuenta con una mezcla de cansancio y tristeza.
Un fondo de inversión le “enseñó la puerta de salida”
Mónica trabaja a media jornada en una charcutería del barrio para poder atender a su hija por las tardes. Gana 750 euros al mes y, cuando puede, complementa el sueldo limpiando casas. Durante años pagó 400 euros de alquiler en un piso de Miraflores de los Ángeles, hasta que un fondo de inversión compró el edificio y se negó a renovarle el contrato. “Me enseñaron la puerta para indicarme que me fuera”, resume con amargura.
Desde entonces ha tocado todas las puertas posibles. Ha presentado siete escritos al Ayuntamiento pidiendo ayuda, sin obtener una respuesta que le permita mantener su vida en Málaga. “Tengo una ayuda para el alquiler concedida, pero nadie quiere alquilarme. Buscan funcionarios, médicos o gente sin hijos”, lamenta.
El Ayuntamiento de Málaga le ofrece residencia a 52 kilómetros
El área de Derechos Sociales le ha ofrecido un recurso en Antequera, a 52 kilómetros de Málaga, donde el Ayuntamiento dice que podría tener seguimiento de profesionales. Pero para Mónica, esa opción no es una solución: “Allí perdería mi trabajo y mi hija tendría que cambiar de colegio. Tenemos nuestra vida aquí.”
La fecha límite se acerca: el martes termina el pago de la pensión donde viven. Y si nada cambia, Mónica ha decidido acampar frente al Ayuntamiento de Málaga. “No me queda otra. No quiero caridad, sólo un alquiler acorde con mis ingresos.”
Su historia ha despertado una oleada de solidaridad en redes sociales y ha unido a colectivos vecinales y sociales, que han convocado una concentración y rueda de prensa el martes 14 de octubre a las 18:30 horas frente al Ayuntamiento bajo el lema “Vivienda digna para Mónica y su hija”.
Desde el grupo municipal Con Málaga, su portavoz Nico Sguiglia ha anunciado que también instalará una tienda de campaña junto a la de Mónica. “El Ayuntamiento tiene recursos y viviendas públicas suficientes. No puede mirar hacia otro lado mientras una madre trabajadora y su hija se quedan en la calle. Cuidar a su gente es su obligación”, señaló.
Mónica lleva doce años inscrita en el Registro de Demandantes de Vivienda del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) y figura en el sorteo de un lote de pisos de VPO en el sector Universidad. “Ojalá tengamos suerte esta vez. Pero mientras tanto, ¿dónde voy?”, se pregunta. Una pregunta que, por ahora, sigue sin respuesta.
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